CONVERSACIONES SEDUCTIVAS

ROMPER LOS CICLOS NEGATIVOS

Cuando los padres llegan a la conclusión de que su hijo no piensa con astucia, disponen de varias opciones para ayudarlo a salir de ese ciclo contraproducente. La primera opción consiste en modificar la conducta del niño con realimentación, elogios y castigos sistemáticos. Esta metodología se denomina modificación de conducta, y las respuestas de los padres a la conducta negativa del hijo se denominan refuerzos.


Existen pruebas más que suficientes de los efectos positivos de la modificación de conducta. Como regla general, los niños que reciben elogios por mostrar una nueva conducta aprendida se tornan crecientemente “adictos” a las respuestas positivas que reciben de sus padres y maestros. Se dan cuenta de que, para seguir recibiendo esas respuestas, deben estar dispuestos a cambiar su vieja conducta.

Por ejemplo, la modificación de conducta podría resultar muy efectiva para reorientar a un niño crónicamente des prolijo. El primer paso para establecer el sistema consistiría en que los padres y el hijo acordaran objetivos de conducta específicos que el niño debería cumplir, entre los cuales podrían figurar:

• hacer la cama todas las mañanas
• colocar toda la ropa sucia en el canasto
• colgar o doblar y guardar toda la ropa que no lleve puesta.

Los cambios deseados en la conducta estarían vinculados con un sistema de refuerzos, recompensas e incentivos. Por ejemplo, el niño podría ser premiado con:

• 5 puntos diarios por hacer la cama
• 5 puntos por colocar la ropa sucia en el c
• 5 puntos por colgar, doblar y guardar la ropa que no usa.

El “valor de trueque” de los puntos será determinado por los padres, idealmente con la participación del hijo. Por ejemplo, un número predeterminado de puntos podría equivaler a un permiso para ir al cine el fin de semana con los amigos o a una extensión del horario para ir a acostarse el sábado. El niño también tendría la opción de ahorrar puntos para ganar un premio específico, como una bicicleta.

A medida que el niño empiece a cambiar su conducta, necesitará elogios, aliento y reconocimiento además de los puntos. Al cumplir cada día con los cambios de conducta acordados, recibirá su recompensa en forma de puntos y re conocimiento. Si vuelve temporariamente a su comportamiento anterior, será reforzado negativamente mediante la privación de los puntos y el elogio. Hay programas de modificación de conducta que van un paso más allá. Estos programas proponen no sólo retirar el refuerzo positivo si no imponer verdaderos castigos consistentes en negar privilegios conquistados con anterioridad.

Aunque la modificación de conducta puede llegar a ser muy eficaz, este enfoque no tiene un éxito universal. He aquí algunas de sus desventajas potenciales:

• El método debe aplicarse con cuidado, pericia y consistencia.
• El sistema puede tornarse menos efectivo a medida que el niño va habituándose a las técnicas de refuerzo.
• La modificación de conducta puede resultar una carga para los padres que deben controlar continuamente a su hijo y responder siempre de un modo que termina tornándose artificial y poco natural.
• Los niños con problemas psicológicos significativos pueden mostrarse muy resistentes a cambiar su conducta.

Si la conducta negativa es un síntoma de problemas subyacentes, tal vez esté arraigada en la personalidad del niño, que quizás sienta una “adicción” a los resultados negativos que provoca su comportamiento contraproducente. Los niños asustados, enojados y desdichados son especialmente resistentes al cambio. El modificar su conducta sin incursionar en la fuente de su conflicto no necesariamente produce felicidad.

Los padres han aplicado en sus hijos la modificación de conducta desde el principio de los tiempos. Cada vez que elogian o castigan a sus hijos, están modificando la conducta. Pese a las desventajas potenciales los programas de modificación de conducta bien ideados y sistemáticos han resultado especialmente efectivos para reorientar rasgos contraproducentes como la irresponsabilidad la postergación y el desaliño.


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