CONVERSACIONES SEDUCTIVAS

“¡SÉ QUE SOY LISTO!”

El niño que puede hacer esta aseveración ha adquirido un poder formidable. Sus palabras demuestran su fe en su capacidad de hacerse responsable de su vida y lograr que las cosas ocurran de acuerdo con sus planes.




La listeza es un estado mental y una orientación del pensamiento que refleja la convicción de un niño de poder hacer frente a la vida con efectividad. El niño sabe que es listo porque se da cuenta de que se ha demostrado a sí mismo que posee la capacidad de triunfar sobre los desafíos y problemas. Este antecedente positivo constituye el fundamento del desarrollo de la autoestima y la confianza en sí mismo. Orientado hacia el logro de metas, analítico, responsable y motivado, el niño listo se ha colocado en una senda gana dora y se ha comprometido a seguir en ella.

El niño listo es como alguien que sobrevive a un accidente de avión en una densa jungla: una vez que se libera de los hierros en que ha quedado atrapado, examina la situación, evalúa sus recursos y desarrolla un plan para volver a la civilización. Su confianza en su capacidad de supervivencia no sólo se funda en su fe en sí mismo sino también en el pensamiento estratégico y práctico, pues antes de emprender el viaje ha sido lo bastante listo como para llevar un equipo de emergencias.

A veces el niño adquiere naturalmente la confianza en su potencia intelectual. Sin embargo, en la mayoría de  los casos la capacidad de pensar eficiente y efectivamente debe cultivarse cuidadosamente. Al principio, los padres y maestros deben ayudar al niño a preparar la tierra, hasta que llegue el momento de que sea capaz de hacer solo la tarea.

No importa demasiado si su hijo se convence de su listeza por sí mismo o necesita de su guía y su asistencia. Lo que importa es que su hijo adquiera la convicción de que puede encontrar el modo de que le vaya bien en la vida.

Esta guía es apenas el primer paso del proceso de cultivo. ¡No permita que ese proceso se detenga aquí! Como cualquier otro talento o habilidad, el pensamiento listo debe ser practicado y aplicado de continuo, o se atrofiará como un músculo que no se ejercita. Aliente a su hijo a ampliar sus límites. Reconozca y afirme cada uno de los pasos que dé. Apóyelo cuando tropiece. La recompensa por sus esfuerzos será un niño de mente activa y potente y una vida plena y gratificante.

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