Los chicos listos reconocen que tienen varias opciones para manejar los problemas. Estos niños suelen percibir los problemas como desafíos que pueden enfrentar y superar. Sin embargo, antes de poder ganar estas batallas deben “armarse” de la manera adecuada.
BARRERAS PARA LA REALIZACION
Según las circunstancias, la elección del niño de compensar una deficiencia o evitar un problema puede indicar un pensamiento más o menos listo. Un alumno al que le cuesta muchísimo aprobar el examen de Matemática necesario para ingresar en la facultad puede decidir que, una vez que lo logre, nunca volverá a estudiar una palabra más de esa materia.
BARRERAS PARA EL PENSAMIENTO LISTO
Al leer la anécdota anterior, acaso usted se haya preguntado si es posible que una persona de inteligencia normal sea tan torpe. Por cierto que recordar dónde se ha estacionado el auto o dónde se han dejado las llaves no es algo que requiera gran brillantez. Sin embargo, sí requiere que la persona que tiene un pobre sentido de la orientación sea capaz de concebir una estrategia efectiva para superar esta deficiencia.
AYUDAR A SU HIJO A RECUPERARSE DE LOS REVESES
Un niño debe ser capaz no sólo de aprender de sus errores sino también de recuperarse de los reveses. Poseer esta flexibilidad es indispensable para la realización y un mecanismo vital de supervivencia.
Los niños listos prefieren evitar los reveses siempre que sea posible. Y, cuando experimentan alguno, se dan cuenta de que deben juntar los pedazos, reacomodarlos de manera que encajen unos con otros y proseguir con la tarea que los ocupaba.
APRENDER DE LOS ERRORES
Si hay cinco adolescentes en una habitación, sumergidos en la perspectiva de una fiesta que se realiza esa misma noche, ¿por qué a uno iba a ocurrírsele pensar en el mecanismo de cierre de una puerta obstinada? Como bien podía observar cualquiera de los chicos, no se trataba de “nada importante”.
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