El arte de la seducción mantiene
las esencias tradicionales. Aún cuando la sociedad se mueve a velocidad de
vértigo, en cuanto a la equiparación de hombres y mujeres, la seducción se
mantiene inamovible en sus valores más arcaicos.
¿Cuáles son estos valores?
EL HOMBRE TRATA DE SEDUCIR A LA
MUJER.
Eso es así, y siempre lo será,
aunque haya excepciones esporádicas que lo puedan contradecir. Se trata de una
ley inmutable que ha perdurado por los siglos de los siglos.
Y hoy en día se mantiene.
De ahí la importancia de esta
serie de boletines que te estoy ofreciendo, porque cuando salgas ahí fuera, vas
a ser tú el que tendrá que seducir a tu objetivo, y no al revés.
Tú debes de ser el que planee una
estrategia de seducción, tú debes de ser el que se acerque a tu objetivo, tú
debes de ser el que utilice una frase de inicio adecuada, tú debes de ser el
que intente avanzar en la escala de kino, tú debes de ser…
¿O no?
¿Qué te parece si cambiamos el
sentido de la seducción por un momento?
Pero tú me dirás: “Eso es
imposible, porque si espero a que ella trate de seducirme, nunca triunfaré”.
Estoy totalmente, de acuerdo.
¡Deja que me explique!
Para ello te voy a mostrar
primero un ejemplo. Presta atención.
Imagínate que estás en una
discoteca y llevas un rato hablando con una chica, y en un momento dado tú
pasas tu mano por su cintura:
TÚ:
¡Vaya! ¡Eres muy buena!
ELLA:
¿Cómo dices?
TÚ:
Que eres realmente buena
ELLA:
¿Buena? ¿En qué?
TÚ:
En esto.
ELLA:
¿En qué? No te entiendo.
TÚ: Verás, solo llevamos unos 10
minutos hablando y ya has conseguido que te pase el brazo por la cintura.
ELLA: (Silencio con sorpresa)
TÚ: Tendré que tener cuidado
contigo, porque eres muy peligrosa.
¿Ves lo que ha pasado?
Habitualmente, ella sería el
objetivo, el premio final, el sinónimo de éxito que tú debes de perseguir.
Sin embargo, en la conversación
has intercambiado tu posición con el de ella, y sin que ella se diera cuenta,
tú has pasado a ser el premio, el objetivo.
¿Qué te parece?
Evidentemente, no es algo que
haya pasado casualmente, o porque ella se sienta locamente atraída por ti, no.
Ha pasado porque tú has hecho que pasara.
¿Cómo?
Has generado un intercambio de
roles.
¿Qué es exactamente un
intercambio de roles?
Es una situación en la que tú
consigues que durante la conversación, y sin que ella se de cuenta de tu juego,
los roles de la seducción se intercambien.
De forma, que tú pasas a ser el
objetivo, y ella la que está intentando seducirte.
Y, ¿qué se consigue con esta
estrategia?
Que ella se sienta más atraída
por ti.
¿Cómo?
Muy sencillo.
Las mujeres tienen tendencia a
sentirse a atraídas por hombres con un mayor valor que ellas. Ya sea económico,
social, de personalidad, o de belleza.
Por tanto, cuando tú
malinterpretas la situación que se está dando en la conversación de manera
deliberada, estás consiguiendo quedar por encima de ella, con lo que adquieres
un mayor valor.
Con ello, consigues que ella se
sienta atraída por ti, aunque al principio no lo estuviera.
¿Te gusta?
Es sencillo, ¿verdad?
Sin embargo, recuerda que cuando
estás tornando la conversación en tu favor, pretendiendo ser tú el premio y
ella la perseguidora, estás jugando con una situación inventada por ti, que no
es verdad.
Por ello, debes de mostrarte muy
seguro de lo que estés diciendo, para que ella te tome en serio. Debes
convencerla de que lo que estás diciendo es lo que está pasando.
Entonces, ella simplemente se
convencerá de que se siente atraída por ti y de que está intentando seducirte.
¿Qué peligro corres?
Qué ella sea demasiado lista, y
se de cuenta de la situación.
¿Qué puedes hacer si eso ocurre?
Utilizar el humor para vencer su
resistencia. Si has intentado intercambiar roles, y ella no se ha convencido de
la nueva situación, lo mejor que puedes hacer es replicar con sentido del
humor, ¡que parezca que todo fue una broma!
De esa forma, conseguirás que, al
menos, ella te vea como un tipo divertido, con el que no se aburrirá.
¿Cómo puedes hacer eso?
Veamos un ejemplo.
TÚ:
¡Vaya! ¡Eres muy buena!
ELLA:
¿Cómo dices?
TÚ: Que eres realmente buena
ELLA: ¿Buena? ¿En qué?
TÚ:
En esto.
ELLA:
¿En qué? No te entiendo.
TÚ: Verás, solo llevamos unos 10
minutos hablando y ya has conseguido que te pase el brazo por la cintura.
ELLA: (Silencio con sorpresa)
TÚ: Tendré que tener cuidado
contigo, porque eres muy peligrosa.
ELLA: ¡No lo sabes tú bien! Pero
solo con los tipos que realmente me atraen, no con los que se montan la
película.
TÚ: ¡Qué le voy a hacer! La única
forma de que una chica tan atractiva como tú intente seducirme es imaginármelo.
ELLA: ¿Y qué otras cosas te
imaginas?
TÚ: Me imagino que me marcho
contigo de este local, y tomamos un helado en la heladería italiana de la
esquina.
ELLA: Parece que eres un chico
muy imaginativa.
TÚ: Sí, de esos con los que las
chicas nunca se aburren.
ELLA: (Sonrisa)
TÚ: ¿Qué me dices?
ELLA: ¿A qué? TÚ: Al helado.
ELLA: ¿Y por qué debería ir
contigo a tomar un helado?
TÚ: Por dos razones. En primer lugar, porque sabes
que te lo pasarías genial, y, en segundo lugar, porque no querrás crearme un
conflicto interior con mi propia imaginación.
ELLA: De acuerdo, pero solo si me
compras un helado de Tiramisú.
TÚ: De lo que tú quieras.
ELLA: Lo quiero de Tiramisú.
TÚ: Pues de Tiramisú,
entonces.
¿Ves el juego?
Aunque ella no ha entrado al
intercambio de roles, has podido escapar con una frase más o menos ingeniosa,
y, al final, has conseguido tu objetivo.
¿Cuál será, entonces, tu trabajo
de base?
Evidentemente, prepararte una
réplica que te sirva para huir del fracaso de tu intento de intercambio de
roles.
Pero recuerda que tu réplica debe
de estar en concordancia con tu estrategia de intercambio, porque si no es así,
tu fracaso será más que seguro.
¿De qué forma puedes intentar
intercambiar roles con ella?
Hay multitud de frases que te
pueden ayudar a iniciar el proceso, y todo depende de tu propia personalidad.
En general, siempre podrás
utilizar todas esas frases que las mujeres te han ido diciendo durante tus
aproximaciones seductivas a lo largo de tu vida. Recuerda, que la clave del
intercambio de roles es el que tú aparezcas como el objetivo del proceso.
Aquí te ofrezco algunos ejemplos
para que te puedan ayudar.
- “Seamos
amigos”
Imagínate que tras llevar un rato
hablando con una chica, llegas a ese momento de confort adecuado, y aprovechas
una ventana abierta en sus defensas para intentar besarla. Ella te acepta el
beso, pero inmediatamente después, tú te separas y le sueltas a aquello de:
• Espera,
creo que no deberíamos de hacer esto, no quiero hacerte daño, seamos amigos.
- “Ni
siquiera nos conocemos”
Durante tu conversación con ella
surge la posibilidad de abandonar la discoteca en la que estáis y marcharos a
una cafetería cercana, donde estaréis más cómodos y disfrutaréis de mayor
privacidad. Entonces, tú le sueltas:
• Mejor
pensado, no creo que sea tan buena idea. En el fondo, ni siquiera nos
conocemos.
- “¿Siempre
eres tan rápida?”
En una situación similar a la
primera, finalmente has conseguido besarla. Entonces, cuando ella acepta tu
beso, tú te separas y le dices.
• ¡Vaya!
¿Siempre eres tan rápida?
Sin embargo, debes de tener
cuidado con esta frase, porque lo último que quieres es ofenderla, y utilizando
esta frase corres es peligro, así que se lo tienes que decir en el tono
adecuado.
¿Qué consigues con los tres
ejemplos anteriores?
En primer lugar, desconcertarla.
Los roles de la seducción se han intercambiado, y ella no comprende bien la
razón. Entonces, y si tú has hecho bien tu trabajo, ella comenzará a pensar que
tú eres el premio final, y ella la cazadora que está detrás de él.
Puedes estar seguro de que esta
estrategia de intercambio de roles es muy efectiva, si se realiza
adecuadamente, además de proporcionarte mucha diversión.
No hay nada más divertido que ver
a una mujer totalmente desconcertada.
Así que, prepárate en casa
diversas opciones para generar el intercambio de roles, y practícalas una y
otra vez, hasta que las tengas plenamente dominada.
Luego, sal ahí fuera y disfruta
de tu éxito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario