CONVERSACIONES SEDUCTIVAS

Hablar por otra persona

Definición: si uno trata de decir lo que una persona que está presente piensa o siente, pudiendo ella hablar por sí misma, se está apropiando del derecho de tal persona a definir su propio punto de vista; está, pues, hablando por otra persona.


Ejemplos: la señora Arcas y su hijo Tomás, de quince años, están hablando con un terapeuta. Sin haber preguntado a Tomás cómo ha pasado la semana, la señora Arcas dice, «No creo que Tomás se lo haya pasado demasiado bien esta semana. Ha estado deambulando por la casa con aire ausente. Creo que lo que necesita es salir, hacer más ejercicio y buscarse una novia. ¿Qué opina usted, doctor?».

Efectos: cuando Tomás oye hablar de él de ese modo, como si no estuviera allí, recibe varios mensajes. Uno de ellos es que sus propias opiniones sobre sí mismo carecen de importancia puesto que su madre ni le consulta ni le permite expresar sus ideas. Otro es que su madre piensa que él no debe poder decidir por sí mismo: el doctor y su madre deciden cómo se siente y lo que debe hacer. Otro más es que no necesita ni tomar decisiones ni cuidar de sí mismo, puesto que su madre pretende hacer ambas cosas por él. Si acepta estos mensajes, adoptará un modo de ser muy pasivo; si no los acepta, sentirá resentimiento hacia su madre.

En vez de eso, sería preferible que la madre consultara con Tomás cada una de las cuatro suposiciones, y no con el doctor, o, lo que incluso sería aún mejor, que animara y apoyara las propias declaraciones de Tomás sobre lo que él cree que es más importante:

Ejercicio 13: Expresión de deseos y sentimientos

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