CONVERSACIONES SEDUCTIVAS

RESISTIR LA TENTACION DE RENDIRSE

Uno de los resultados del bajo rendimiento es una tendencia a rendirse después de cometer un error. Los logros mediocres, la baja autoestima, la exigua confianza en sí mismo, la curiosidad intelectual deficiente y la falta de una adecuada flexibilidad emocional producen profundos sentimientos de incompetencia.


Aunque, para un niño, los errores pueden resultar frustrantes y desmoralizadores, también pueden brindarle una invalorable oportunidad de adquirir discernimiento sobre la vida y sobre sí mismo. Por ejemplo: una niña “se postula para tesorera de la clase y pierde la elección. Si es lista y tiene confianza en sí misma, probablemente se recupere pronto de la decepción.

 Apoyándose en su fe en sí misma, en sus habilidades y en su “derecho” a alcanzar su objetivo, comenzará un proceso de identificación de los motivos de su derrota. Interrogará a sus compañeros en procura de in formación y recorrerá un proceso sistemático de autoevaluación. Cuando determine qué es lo que salió mal, realizará los ajustes necesarios para mejorar sus probabilidades de ganar la próxima vez, si es que sigue interesada en obtener ese puesto. A través de este proceso de prueba, error y análisis el niño listo puede “aprender sus lecciones”, sacar provecho de los reveses y transformarlos en una oportunidad para lograr el éxito.

Comparemos la conducta de un niño listo que comete un error con la de un niño no listo ante la misma situación. Como carece de la capacidad de pensar analíticamente, el niño que no es sagaz empieza a dar vueltas. Como su con fianza en sí mismo ya ha sido socavada por arraigadas asociaciones negativas en lo referente a solución de problemas interpreta el nuevo desacierto como una nueva confirmación de su ineptitud. Como resultado de ello, su estrés se intensifica, sus expectativas negativas se refuerzan y su cerebro se niega a trabajar.

Al niño que carece de la capacidad de sacar provecho de sus errores hay que ayudarlo a reconocer que tiene otras opciones además de darse por vencido. Enseñándole a analizar los problemas y relacionar sus errores con su desempeño (ver “Causa y efecto”), sus padres pueden ayudarlo a encontrar las coherencias y las incoherencias de su conducta. Enseñándole a descubrir los denominadores comunes de “autoderrota” que aparecen en sus pensamientos acciones y respuestas ante los, desafíos, sus padres pueden ayudarlo a adquirir un mayor discernimiento acerca de sí mismo y su conducta. El niño que, pese a estos esfuerzos, continúa actuando de manera contraproducente necesitará asistencia profesional.

Para que un niño evite repetir los mismos errores, debe tomar conciencia de sus patrones de reacción. La siguiente lista de control le ayudará a identificar las deficiencias específicas de las reacciones de su hijo. Más adelante encontrará una lista similar para que la complete su hijo.

Lista de Control para los padres

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