CONVERSACIONES SEDUCTIVAS

INFLUENCIAS FAMILIARES

La conducta del niño con pobres habilidades para el manejo del tiempo invariablemente provoca tensión y falta de armonía en la familia. La explicación más lógica para la conducta es que el niño no ha internalizado un sistema de valores que subraye la responsabilidad. Tal explicación sugiere que el niño postergador no contempla las consecuencias de su irresponsabilidad porque sus padres no han lo grado definir con claridad sus pautas, principios y expectativas. Aunque, en ciertos casos, esta explicación es aplicable, no sirve para explicar la conducta de todos los niños postergadotes.

Hay niños postergadotes que sí han sido expuestos a un sistema de valores, firme y aplicado de manera constante, que pone énfasis en la responsabilidad y el manejo del tiempo. Por complejas razones, estos niños han elegido rebelarse contra el sistema. En casos extremos, esta conducta puede indicar una ira subyacente y disturbios Psicológicos, y es aconsejable recurrir, en forma familiar o individual, a un profesional

También la presión excesiva, por parte de los padres o la sociedad, puede ser la causa de que un niño rechace la postura de su familia acerca de temas como la puntualidad o la responsabilidad, Esta presión puede ser real o imaginaria. Por ejemplo, un niño puede sentir que sus padres esperan que él se convierta en algo que él no desea ser o es inca paz de ser. Rechazar los valores de su familia tal vez sea el medio más accesible para que el niño exprese su resentimiento y no cumpla con las intenciones de sus padres. Esta conducta suele ocurrir cuando al niño se lo compara con un hermano o hermana que es más capaz de colmar las expectativas de los padres.

A veces los niños rechazan el sistema de valores de sus padres porque perciben que los valores de la familia son hipócritas. El niño que oye a sus padres hablar de puntualidad y luego los ve conducirse de manera contraria a lo que afirman se siente confundido. Entonces posterga porque ve que sus padres, pese a que sostengan lo contrario, también postergan.

Otro de los motivos por los que los niños pueden rechazar los valores de sus padres es que acaso estén muy influidos por otro sistema de valores. Un ejemplo extremo de este fenómeno fue el mentado caso de una niña de trece años que asistió a una conferencia antidrogas ofrecida por su iglesia y luego denunció a sus padres a la policía porque los vio usando drogas. En un caso menos extremo, un niño puede elegir postergar porque está influido por un grupo de compañeros que también postergan. Dilatar las cosas sería, en ese caso, considerado “piola”.

Al niño que no ha asimilado la postura de su familia con respecto a temas tales como la responsabilidad, el esfuerzo y la puntualidad no es razonable exigirle que sea responsable, diligente y puntual. Irónicamente, hay niños que, ex puestos a un ambiente familiar en que los padres se muestran irresponsables, compensan esta conducta actuando de manera altamente responsable.

Los niños pueden ser positiva o negativamente influidos por su medio. La aceptación o el rechazo de un niño a la postura de su familia sobre temas claves suele depender del modo como sus padres presenten esa postura y actúen según ella. Por lo general, aquellos niños a los que se ayuda a comprender los fundamentos de sus padres acerca de una determinada pauta de conducta, y a quienes se guía y apoya de la manera apropiada, se resisten menos a asimilar esa pauta de conducta

No es infrecuente que los niños atraviesen períodos de rebeliones menores. No obstante, la rebelión persistente y abierta con respecto a temas tales como la organización, la fija C1O de metas y el manejo del tiempo es una bandera amarilla de advertencia que indica que la familia necesita examinar y mejorar su sistema de comunicación. Si la situación persiste, acaso sea necesario procurar el consejo de un profesional. Cuanto antes comience éste su tarea, menor será el peligro de alienación permanente.


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