CONVERSACIONES SEDUCTIVAS

DESARROLLAR HABILIDADES PARA LA ORGANIZACION

Diálogo Modelo N° 11

Adolescentes entre 13 y 17 años

Padre:  Tengo la impresión de que te cuesta organizar tu trabajo escolar. ¿Estoy en lo cierto?
Adolescente: No.
Padre: Bueno, seré más específico y te plantearé algunos datos que he recibido de la escuela y algunas observaciones personales. Tu profesora de Inglés me envió varias notas; dice que no entregas los trabajos a tiempo, que tus deberes son incompletos y desprolijos, y que a menudo no te has preparado para la clase. 


He observado que el lugar donde estudias está colmado de papeles y que los materiales que necesitas para estudiar no están organizados en ninguna clase de sistema. También te he visto frustrado y enojado cuando no puedes encontrar algo que necesitas.
Adolescente: Yo tengo mi sistema propio.
Padre: Eso está muy bien. ¿Pero ese sistema funciona?
Adolescente: Sí.
Padre: Tus notas son de regular para abajo. ¿Te parece que ése es tu nivel máximo de rendimiento?
Adolescente: No.
Padre: ¿Tienes pensada alguna estrategia para mejorar tus notas?
Adolescente: No.
Padre: Una última pregunta; y me gustaría que fueras franco conmigo. ¿Quieres mejorar tus notas?
Adolescente: Sí.
Padre: Voy a proponerte un experimento de un mes que podría ayudar. He consultado con tus profesores y me dijeron que posees habilidades. Yo también sé que eres despierto. De modo que el hecho de que no rindas lo suficiente en la escuela no tiene nada que ver con un problema de aprendizaje o de falta de inteligencia. Creo que la situación podría mejorar mucho si desarrollaras habilidades para la organización. Prueba honestamente el experimento que te propongo. Si estoy equivocado, y el experimento no funciona, te pe diré sinceras disculpas. ¿Lo intentarás?
Adolescente: Todavía no lo sé, no conozco ese sistema.
Padre: Bien. Empezaremos haciendo una lista de las cosas que necesitas hacer para estudiar de manera eficiente. Lo básico es obvio: un escritorio, una lámpara, un diccionario, lápices. Pero quizás haya otras cosas menos obvias. Por ejemplo, necesitarás libros de consulta para redactar informes y ensayos. ¿Qué otras cosas se te ocurren? Las anotaremos en orden de importancia. Si te hacen falta elementos, te daré el dinero para comprarlos. Ahora dime cómo podrías ordenar el área de estudios.
Adolescente: Ya tengo un escritorio en mi cuarto.
Padre: ¿Qué podrías hacer para organizar los elementos?
Adolescente: ¿Qué quieres decir?
Padre: ¿Tienes un sistema de archivo para guardar tus trabajos entregados, corregidos y devueltos?
Adolescente: No.
Padre: Entonces establezcamos uno. Tendrás que comprar un archivo pequeño y carpetas. ¿Qué te parece poner un gran programa de horarios en la pared frente a tu escritorio? Allí podrías anotar las próximas fechas de las pruebas, los exámenes y las entregas de trabajos especiales. ¿Y un reloj para marcarte intervalos cada treinta minutos de estudio?
Adolescente: No sé si quiero todas esas cosas. Me va a llevar mucho tiempo.
Padre: Te aseguro que, una vez que el sistema esté funcionando, te ahorrará tiempo. Es como aprender a usar una patineta. Al principio cuesta y uno se cae mucho. Pero una vez que la dominas, la patineta te ahorra mucho tiempo. Es igual que cuando aprendes a escribir a máquina: al principio te lleva siglos escribir una hoja entera, pero después te ahorras muchísimo tiempo. Ideemos un sistema de organización que te sirva. Aplícalo durante un mes. Seguro que al final terminará gustándote. Tendrás más tiempo libre y tus notas mejorarán. Si pruebas el sistema y no funciona, siempre puedes volver a usar tu viejo sistema de hacer las cosas. ¿De acuerdo?

En el diálogo precedente, el padre cuida de no sermonear acerca del valor de la organización. En cambio, muestra a su hijo el modo de crear más orden en su vida. No le da ultimatúmes (p ej. “¡Si no ordenas tu cuarto y organizas tus estudios mama y yo vamos a castigarte!”) Ni tampoco recurre a la culpa (p. ej., “No puedes ser tan desconsiderado con nosotros”) El padre elimina estratégicamente cualquier resistencia potencial, proponiendo un experimento no amenazador, por un período específico. Luego ayuda a su hijo a desarrollar un sistema práctico que le permita trabajar con más eficiencia y le da permiso para rechazar el sistema de organización si le parece que no funciona.

Al proponer un experimento y dar a su hijo cierto grado de poder el padre evita sabiamente un enfrentamiento También permite a su hijo decidir si el sistema le sirve. Sin embargo, el padre aún “guarda una carta”. Si el sistema no resulta tan efectivo como es de desear, luego podría proponer modificarlo o mejorarlo en lugar de abandonarlo por entero.

El hecho de ofrecerse a ayudar a su hijo a idear un sistema de archivo permite al padre demostrar cómo pueden dividirse y archivarse las pruebas, los ensayos y otros trabajos escolares. Al sugerir a su hijo que haga una lista de las cosas que necesita, lo alienta a desarrollar y perfeccionar sus habilidades de priorización. (En cuanto a otras actividades para desarrollar las habilidades de organización relacionadas con las tareas escolares y los estudios, ver Volverse más listo)

En el diálogo siguiente, un padre examina el tema de las habilidades para la organización con su hijo de ocho años.

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