Para que su hijo desarrolle una flexibilidad emocional frente a las contrariedades, debe aceptar, en definitiva, que los reveses forman parte ineludible de la condición humana. Aun que se sienta desalentado, es menester ayudar al niño a darse cuenta de que tiene dos elecciones claves: permitirse que los contratiempos lo aplasten, o utilizar los contratiempos como catapultas. Más adelante, en esta misma sección, encontrará diálogos específicos que le muestran cómo guiar a su hijo hacia esa toma de conciencia y cómo ayudarlo a desarrollar respuestas más positivas ante los reveses.
Compartir con su hijo las experiencias personales que usted ha tenido a lo largo de su vida resulta un método particularmente efectivo para reducir los miedos, las inhibiciones, las fobias, la defensividad y la desmoralización que pueden originarse en un niño después de sufrir un revés. Al compartir los momentos penosos que ha vivido y describir cómo fueron puestos a prueba sus recursos emocionales, usted ayuda a su hijo a apreciar que la tristeza y la decepción frente a una contrariedad son sentimientos comunes. Al mismo tiempo, usted demuestra que, ante un contratiempo, es posible responder con una actitud positiva y orientada hacia la búsqueda de una solución. Su meta final es ayudar a su hijo a desarrollar una perspectiva diferente. Cuando él haya comprendido que todos sufrimos caídas de vez en cuando, empezará a apreciar la importancia de aprender a manejar con éxito estos obstáculos.
En el diálogo siguiente, un padre examina con su hijo menor un contratiempo personal. Ayuda a su hijo a considerar su propio revés desde una perspectiva más positiva y le muestra el modo de aprender de la caída y emplear constructivamente el conocimiento recién adquirido.
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