Hay niños que se niegan a fijarse aun las metas más modestas. Antes de responder con la frustración o la ira a esta resistencia, los padres deben determinar si la conducta de Su hijo es atribuible a la irresponsabilidad o al hecho de que no siente confianza en su habilidad para realizar la tarea. Lo que puede parecer dilación tal vez sea en realidad una manifestación de dudas acerca de sí mismo. En tales condiciones, es esencial que los padres le brinden ayuda y apoyo extra.
Para que un niño se muestre dispuesto a establecer una meta que lo desafía, antes debe hallarse convencido de que tiene probabilidades de alcanzar esa meta. De un niño que ya carece de confianza en sí mismo no es razonable esperar que se exponga voluntariamente a un fracaso probable o seguro. (La excepción sería el niño que se propone autosabotearse.) Para un niño pobre en logros, establecer metas es un asunto riesgoso.
Las claves para disipar el miedo al fracaso (¡o al éxito!) de un niño inseguro consisten en ayudarlo a establecer me tas realistas y a fijarse un plan de acción que le permita alcanzar esas metas. El éxito y la confianza en uno mismo son poderosos antídotos para la resistencia.
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