La introspección con un fin determinado permite al niño examinar el terreno emocional al otro lado del puente que comunica sus acciones y sus emociones. Como sus contrapartes adultas, los niños tienden a resistirse a observar sentimientos que perciben como desagradables.
Esta aversión a la autoexaminación es especialmente problemática en el caso de los niños no muy listos, y puede ser motivo de que se “atasquen”.
Como el niño atascado no entiende la relación entre sus emociones, sus acciones y las consecuencias de sus acciones, por lo común se siente impotente para obtener lo que desea y liberarse de su sistema contraproducente. Por ejemplo, puede no conectar su dificultad para hacerse de amigos con el hecho de que actúa de manera inapropiada en clase o cuando juega. O no vincular su bajo rendimiento en la escuela con el hecho de que no dedica mucho tiempo al estudio.
Los padres de un niño atascado sienten una comprensible tentación de ayudarlo a resolver el problema. Sin embargo, es importante que esos padres distingan entre ayudar a su hijo y resolver el problema por él. Los padres de Blair (la niña descripta al principio) podrían haber pedido a sus amigos que enviaran a sus hijos a jugar con la pequeña. También podrían haber insistido para que Blair se uniera a un grupo de campamento o un equipo de gimnasia. Otra opción habría sido hablarle sobre el modo como se relacionaba con los otros niños y hacerle recomendaciones acerca de cómo podría mejorar sus habilidades sociales. Aunque todas estas ideas son razonables, no involucran activamente a Blair en el proceso de identificar, reconocer y encontrar un modo de resolver el problema. Dada la naturaleza de los mecanismos de defensa de la niña, sin duda habría negado tener problema alguno.
En las circunstancias adecuadas, una intervención crítica o equis sugerencias se justifican. No obstante cuando la intervención de los padres se torna habitual y conforma un “libreto de rescate”, se corre un riesgo. En el caso de Blair, la meta inmediata consistía en ayudarla a ser más competente en lo social. La meta a largo plazo era ayudarla a convertirse en una adulta autorrealizada y segura de sí misma. Si sus padres se hubieran “apropiado” de los problemas de la niña, la habrían desalentado en lo referente a hacerse cargo de su responsabilidad de identificar, examinar y resolver sus propios problemas. Es claro que Blair necesitaba el auxilio de sus padres. Lo que había que decidir era el mejor modo de brindarle ese auxilio.
Una opción para redirigir la conducta social inadaptada de Blair habría sido que sus padres establecieran un sistema de modificación de conducta. Con una realimentación positiva y el aliento apropiado —y la colaboración ideal de las reacciones crecientemente positivas de otros niños— Blair habría cambiado su estilo de relación con los demás chicos.
La modificación de conducta podría haber reducido las dificultades sociales de Blair, pero no habría cambiado necesariamente los sentimientos negativos subyacentes acerca de sí misma. Pese a los cambios exteriores, estos sentimientos habrían empezado a manifestarse bajo otras formas contraproducentes. Alentar a Blair a desarrollar conductas que la tornarían socialmente más aceptable podría haber producido electos inmediatos. Sin embargo, a más largo plazo, es probable que hubiera resultado más beneficioso alentarla a examinar sus sentimientos subyacentes y ayudarla a des cubrir medios más efectivos de relacionarse con otros niños.
La combinación de introspección y modificación de conducta ofrece muchas ventajas evidentes sobre cualquiera de ambos sistemas aplicados de forma individual. Este enfoque se presenta en el diálogo de la próxima página.
Los padres que observan que su hijo no responde a sus esfuerzos por reorientar las pautas de una conducta contra producente deben hacer evaluar al niño por un profesional, pues los niños que muestran patrones de conducta contraproducente graves arraigados deben ser tratados por un especialista.
UN MODELO PARA LA SOLUCION INTROSPECTIVA DE PROBLEMAS
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