CONVERSACIONES SEDUCTIVAS

EL NIÑO “DEMASIADO LISTO”

Como cualquier habilidad o recurso, la listeza debe ser bien empleada, y el niño debe servirse de ella con prudencia. Ningún padre desea que su hijo de diez años se vuelva tan estratégico que empiece a maquinar. El niño que se torna “demasiado listo para su propio bien” puede entusiasmarse con su poder para conseguir lo que quiere y hacer que las cosas sucedan en su provecho. Este niño corre el riesgo de volverse manipulador, egoísta y conspirador. Tal vez decida que, para él, el único modo de ganar consiste en tomar atajos. Si pierde perspectiva, toma demasiados atajos y llega a la conclusión de que es aceptable ganar a cualquier precio, podría cruzar fácilmente la línea que separa la honestidad de la deshonestidad.


Aunque, sin duda, es deseable que un niño aprenda a pensar con sagacidad y establecer metas, también es deseable que desarrolle un sistema de valores y un sentido moral. El chico que razona que copiarse en un examen está bien pues lo principal es obtener una buena nota está estableciendo una actitud destinada a provocar problemas serios. Ese mismo niño podría razonar también que no está mal decir verdades a medias cuando resulte ventajoso, o dar a entender que otra persona tiene la culpa de algo que él ha hecho. Más adelante, al crecer, podría convencerse de que violar la ley es igualmente justificable.

Al alentar a su hijo a practicar la introspección y a autoevaluarse, usted reduce el riesgo de que desarrolle un síndrome “demasiado listo para su propio bien”. El proceso de inculcar principios éticos debe comenzar en la primera infancia y continuar a lo largo de los años de formación. Mientras enseña a su hijo a ser listo, debe enseñarle también que el fin no siempre justifica los medios.

En algunos aspectos, aprender a pensar con listeza es como aprender karate. Ambas habilidades implican gran responsabilidad. Su hijo debe reconocer que no puede abusar de su destreza. Así como el instructor de karate debe recalcar a sus alumnos avanzados que poseen la habilidad para lastimar a otra persona, usted debe recalcarle a su hijo que ahora posee un recurso poderoso —su cociente de listeza— que debe emplearlo con prudencia y sensatez. Ganar a cualquier precio no está bien. Los niños que no llegan a apreciar esto están destinados a meterse en líos.

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