Repasando boletines anteriores,
recordarás que el confort es un elemento esencial para conseguir seducir a una
mujer. Tienes que crear el ambiente necesario de confort para que ella se
sienta cómoda contigo, se relaje, y se deje seducir.
Por los comentarios que he
recibido, he llegado a la conclusión de que todos habéis entendido la
importancia que la generación de confort tiene en el proceso seductivo, sin
embargo hay una duda generalizada.
¿Cómo se crea el confort en la
práctica?
En boletines anteriores ya te hablaba de
ello, pero
muchos de vosotros me habéis pedido que
repasemos algún truco
práctico generador de
confort. Pues bien, hoy lo voy a hacer.
Pero recuerda que solo son trucos
aislados, que deben de ir acompañados de todo lo aprendido anteriormente.
¿Estás preparado?
Pues allá vamos.
1. PUNTOS EN COMÚN
Hay un axioma físico
incontestable: “los polos opuestos se atraen”, el cuál ha sido extrapolado a
las relaciones sentimentales, intentando darle la misma certeza científica.
Seguro que has oído eso de que
“los opuestos se atraen” en miles de ocasiones, pero, ¿sabes qué?, es
totalmente falso.
Sí, puede ser que te encuentres
con alguna pareja formada por individuos totalmente opuestos, pero eso no es
más que la excepción que cumple la regla.
¿Qué regla?
Muy sencillo, todos tendemos a
relacionarnos y a
sentirnos atraídos por aquellas personas que son
parecidas a
nosotros. ¿Por qué?
Por una razón doble.
Por un lado, al encontrar a una
persona similar a nosotros, estamos reivindicando nuestra manera de ser. Te
gusta la otra persona porque es como tú, y si es como tú debe de ser una buena
persona, ¿o no?
Y, por otro lado, si hablas con
alguien que tiene las mismas opiniones y aficiones que tú, acabarás sintiéndote
a gusto con ella, porque te gusta lo que dice.
Por tanto, olvídate de aquello de
que los opuestos se atraen, y céntrate en encontrar aquellos puntos en común
que tienes con tu objetivo.
Investiga a sus amigas, a sus
conocidos, y obsérvala hasta que conozcas sus gustos y aficiones, y, entonces,
hazlos tuyos. Puedes creerme, ella te lo agradecerá.
Pero, ¿y si no la conoces? ¿Y si
solo es una chica a la que estás entrando en la discoteca?
No pasa nada.
Simplemente, síguele la corriente
en la conversación.
¿Cómo? Más o menos así.
TÚ: Bueno, y ¿qué tipo de música
te gusta?
ELLA: No sé,
un poco de todo, siempre he pensado que toda la música tiene su momento. Así
que escucho de todo.
TÚ: Sí, estoy de acuerdo contigo
en eso, pero, tendrás un grupo que te guste en especial, ¿o no?
ELLA: Bueno, he de reconocer que sí, pero me da un poco de
vergüenza,…
TÚ: ¿Por qué? No te preocupes,
prometo no reírme, ni aunque me digas que te gusta “El Fary”, no es él,
¿verdad?
ELLA: (Sonrisa) No, no.
TÚ: ¿Entonces?
ELLA: Perales, me encanta
perales.
TÚ: ¿Estás de broma?
ELLA: Ya sabía que te ibas a
escandalizar, todo el mundo lo hace.
TÚ: ¡Qué no,
qué no! ¡Qué a mí también me encanta! Es genial, ¿sabes?, el otro día leí que
gana casi mil millones de pesetas por derechos de autor de todas las canciones
que ha escrito, ¡es un genio el tío!
ELLA: (Sonrisa) ¿De verdad te gusta? ¡Qué
alegría! …
No importa si te gusta Perales, o
no, la clave está en que ella piense que sí, y se sentirá cerca de ti, cómoda
contigo. Habrás generado el confort que estabas buscando.
Sin embargo, déjame que te lance
dos avisos importantes, para que no cometas errores en tu búsqueda de los
puntos comunes.
Primero, y más importante, cuando
comiences una conversación encaminada a encontrar puntos en común hazlo sobre
un tema que domines. Es decir, no intentes encontrar gustos musicales parecidos
si no has pasado de Operación Triunfo 2, ¿me entiendes?
Y, segundo, tienes que saber moderar tus puntos en común.
Recuerda que corres el peligro de que ella se de cuenta de tu juego y piense que
eres un falso. Por tanto, no intentes estar de acuerdo con ella en todo.
2. INTIMIDAD
Pero no me refiero a la intimidad
que se genera en las últimas fases del proceso seductivo, aquellas en las que
el nivel de kino se encuentra cercano al máximo, no.
Me refiero a la intimidad que se
genera entre dos personas que se sienten cómodas entre sí. Me refiero a esas
bromas que gastas con tus amigos, y que son solo vuestras, porque nadie más las
entendería, pero vosotros os partís de la risa con ellas.
Evidentemente, se necesita
conocer mucho a una persona para llegar a un nivel de intimidad elevado. Sin
embargo, hay trucos que puedes utilizar para acelerar el proceso.
Verás, imagínate que estás en una
discoteca, y te has lanzado a hablar con una chica que te atrae.
TÚ: Sí, como
te digo, ha sido una cena genial, nos hemos puesto hasta arriba, y, la verdad,
no ha sido nada caro.
ELLA: Pues
yo todavía no he cenado, he salido tarde del trabajo y me he venido
directamente de fiesta, mis tripas están que trinan.
TÚ: ¿De
verdad? ¡No podemos permitir eso! Hay una pizzería justo en la esquina, te
invito a una pizza.
ELLA: Gracias, pero no, estoy aquí con mis amigas, y no
quiero dejarlas.
TÚ: ¿Tus
amigas son esas que están hablando con ese grupo de chicos? No parece que te vayan
a echar de menos en un ratito, prometo que no te dejaré masticar ni nada.
ELLA: (Sonrisa) Está bien,
vamos.
…
¿Cuál es tu éxito en esta
situación?
En la discoteca, ella no está
contigo. Está hablando contigo porque te has acercado y porque pareces un
“chico majo”.
Pero, en la pizzería, ella estará
contigo. Ha ido allí solo contigo, ya se ha generado una intimidad entre
vosotros.
Has acelerado el proceso de
generación de confort.
¿Ves como funciona?
3. COMPARTIR SENTIMIENTOS
El truco más antiguo para
acercarse sentimentalmente a una persona, es el de compartir sentimientos
íntimos con ella.
Todas las relaciones sociales se
aceleran cuando uno de los protagonistas de las mismas comparte un secreto, un
sentimiento íntimo, una vulnerabilidad, con el otro. Entonces, se genera un
vínculo entre ellos, están compartiendo algo íntimo.
Y eso genera confort, hace que se
sientan cómodos juntos.
¡Ese es tu objetivo!
Pero no te lances a compartir
sentimientos a lo loco, no. Tienes que esperar el momento adecuado, y ser capaz
de introducir tus sentimientos íntimos de forma que parezca accidental, como
una fase más de vuestra conversación.
Para ello tendrás que hacer algo
de trabajo de campo. Trabájate historias sentimentales, que te hayan pasado, o
no. Y hazlo como conclusión de diferentes conversaciones alternativas, de forma
que te garantizarás que siempre llegarás a ese punto.
¿Quieres un ejemplo?
Aquí lo tienes.
ELLA: Pues
sí, acabo de adoptar un gatito, ¡más mono! TÚ: ¿Adoptado? No sabía que se
podían adoptar gatos.
ELLA: Sí, es
como cuando adoptas un niño, pero con un animal. Tienes que ir a la granja, y
allí te hacen preguntas sobre tu forma de vida, si has tenido animales antes,
etc.
TÚ: Suena
bien, interesante, mejor que comprar y vender animales.
ELLA: Eso es
lo que yo pensaba exactamente. ¿Qué me dices de ti? ¿Tienes alguna mascota?
TÚ: No, la verdad es que no.
ELLA: ¡Vaya! Suenas triste. ¿Qué
pasa? ¿No te dejan tenerla?
TÚ: No, no
es eso, es que no me atrevo…, ¡bah! Es una historia muy larga y tú no tendrás
ganas de escuchar historias tristes.
ELLA: ¡Venga! ¡Cuéntamelo! Me
encantan las historias sobre animalitos.
TÚ: Pero esta es muy triste.
ELLA: No importa.
TÚ: De
acuerdo. Verás, cuando tenía 7 años me regalaron un cachorro de pero, un recién
nacido.
El caso es que mis padres me encargaron a mí su cuidado, era como una
forma de que les mostrara lo responsable que era, ya sabes, ese tipo de cosas
pedagógicas que tanto les gusta a los padres.
ELLA: Sí, sé
exactamente a que te refieres.
TÚ: Bueno, pues el caso es que, bueno,…, ¡yo era
un niño! Y los niños, ya sabes,…, somos irresponsables. Así que, bueno, lo
típico, un día se me olvidaba darle de comer, otro lo dejaba encerrado en la
habitación,…, pero ¡sin malicia!, solo porque era un niño, y los niños, pues
eso, que no son responsables…, el caso es que,…
ELLA: El perrito murió.
TÚ: Eso es. Fue el día más triste
de mi vida, porque me culpé por ello, y aún hoy lo hago,…, así que, y aunque
adoro a los animales,…, pues eso, que no,…, que no me atrevo a tener otro
animal.
ELLA: ¿Cómo se llamaba?
TÚ: Suri.
ELLA: ¡Qué nombre tan bonito! TÚ:
¿Qué nombre le has puesto a tu gato?
ELLA: Illie.
…
¿Ves como funciona?
Has compartido un sentimiento
íntimo con ella, con lo que has conseguido generar confort. Ahora ella se
siente más cerca de ti, siente que te conoce mejor, y le gusta lo que conoce.
Bien, hasta aquí los trucos
generadores de confort.
Recuerda que bien utilizados
pueden ser muy beneficiosos para ti, pero que si los utilizas de manera
inadecuada te llevarán al fracaso más absoluto.
Apréndetelos y úsalos en tu beneficio, no en tu perjuicio.
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