El repertorio que manejes a la hora de realizar una
aproximación seductiva, determinará el tipo de seductor que eres.
Si te limitas a las típicas técnicas archiconocidas por
todo el mundo, y ante una dificultad defensiva no eres capaz de contraatacar
con una táctica novedosa habrás caído en el limbo de los seductores
aficionados.
Sin embargo, si ante cualquier ardid negativo, tú respondes
con una nueva técnica, habrás avanzado hacia el status de seductor profesional.
Y ese es tu gran objetivo.
Por ello, en cada boletín te voy ofreciendo nuevas técnicas
para que vayas completando tu repertorio y te enfrentes a tus objetivos con
todas las armas a tu disposición.
Luego, ya, debes de ser tú, apoyado por el conocimiento
teórico y la práctica previa, el que debes de desplegar todas tus técnicas en
busca del éxito final.
Y en ese afán de ampliar tu repertorio, hoy te ofrezco una
nueva técnica.
Otra más a añadir a todas las que te he venido enseñando en
boletines anteriores.
Se trata de la TÉCNICA DEL SILENCIO.
¿Estás preparado?
Bien, vamos a allá.
La técnica del silencio debe de ser utilizada única y
exclusivamente cuando te hayas asegurado su confort.
Si te precipitas en su utilización conseguirás que ella
pierda interés por ti y busque cualquier excusa para deshacerse de tu
presencia.
Por tanto, tu primer objetivo, si lo que quieres utilizar
la técnica del silencio, es generar confort.
¿Cómo?
De cualquiera de las formas que te he venido mostrando a lo
largo de todos los boletines anteriores, así que te recomiendo que te los
repases antes de seguir avanzando.
¿Ya lo tienes?
Pues, entonces, podemos continuar.
Ahora estás en la situación en la que ella se siente cómoda
contigo, porque has conseguido generar el confort adecuado.
Así que ya puedes utilizar la técnica del silencio.
Es muy sencilla.
Como ya te habrías imaginado, se trata, simplemente, de
guardar silencio.
Vamos a ver un ejemplo:
…
TÚ: Y entonces, me marché, porque no podía aguantar más,
era como si estuviera fuera de lugar.
ELLA: Sí, te entiendo, a mi también me pasa a menudo.
TÚ: Con la edad yo creo que te vuelves más exigente,
¿sabes? Cuando eres más joven te afanas por estar en todos los sitios, sin
importarte si estás cómodo o no, pero luego, cuando te haces mayor te vuelves
más selectivo, ¿no estás de acuerdo?
ELLA: Totalmente.
TÚ: ¡Vaya! Me oigo a mí mismo y estoy hablando como un
abuelo. (Sonrisa)
ELLA: (Sonrisa)
TÚ: (Silencio)
ELLA: (Silencio)
Bien, ahora estás donde querías.
La conversación ha ido bien, habéis hablado de vuestras
cosas, y te has mostrado simpático y amable. Has conseguido generar confort con
ella.
Sin embargo, ahora guardas silencio, y ella se pregunta la
razón.
Estaba cómoda contigo, parecía que congeniabais bien, y que
había algo de química, ella se pregunta: ¿habrá pasado algo? ¿habré dicho algo
malo?
Así que al rato te pregunta:
ELLA: ¿Estás bien?
TÚ: ¿Cómo dices?
ELLA: ¿Te preguntaba que si todo va
bien?
TÚ: Sí, ¿por?
ELLA: No, como te has callado de golpe.
…
¡Perfecto!
Ahí te está demostrando que ella siente interés por ti, y
puedes darte por satisfecho de que tu técnica del silencio está funcionando.
En este momento debes de aprovechar para lanzar un ataque a
su línea de flotación. Ella ha quedado en una posición de debilidad y tú lo
debes de aprovechar.
…
TÚ: ¡Ay! Perdona, no es nada.
ELLA: Algo será, cuando te has callado de
repente.
TÚ: Solo estaba pensando.
ELLA: ¿Y se puede saber en qué?
TÚ: ¿Qué me das si te lo digo?
ELLA: Dime tú el precio.
TÚ: ¿Qué te parece una copa?
ELLA: Bien, acepto el precio.
TÚ: Recuerda que un contrato verbal es
vinculante.
ELLA: No te preocupes, cumpliré mi contrato, pero ahora te
toca a ti cumplirlo.
TÚ: Pues nada, solo estaba pensando que,…, nada especial,
…, solo que me siento muy a gusto hablando contigo, y que hacía mucho tiempo
que no estaba tan bien con ninguna mujer.
ELLA: Sí, yo también estoy muy a gusto hablando contigo.
TÚ: Porque te pasas todas las noches hablando con chicas de
aquí y allá, pero luego te das cuenta que ninguna te llena, pero, tú,…, no sé,
siento como que tenemos tantas cosas en común.
ELLA: (Silencio)
TÚ: No sé, por ejemplo, contigo me apetecería quedar a
tomar un café, o ir al cine, no sé, ese tipo de cosas.
ELLA: Me alegro que pienses eso, porque yo estoy sintiendo
algo muy parecido.
TÚ: Me alegro.
ELLA: (Sonrisa).
TÚ: Bueno, yo he cumplido con mi parte del contrato, ahora
te toca a ti.
ELLA: (Sonrisa) Cierto es. Vamos a la barra.
¡Bingo!
Ya la tienes totalmente seducida.
¿Ves con que facilidad has conseguido dar el salto?
Has pasado de una situación de confort habitual, a una fase
seductiva final, y todo con un simple silencio en el momento adecuado.
¿Ves como funciona?
Pues esa es la clave.
Utiliza la técnica del silencio en el momento adecuado, y
tendrás un éxito asegurado.
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