CONVERSACIONES SEDUCTIVAS

Caso Práctico De Éxito: Una De Cine


Durante una época de mi vida, me deprimía los domingos por la tarde.

Los encontraba absurdos, como la parte innecesaria de los fines de semana. Entendía la mañana del sábado, para descansar, la tarde-noche para salir de fiesta, y el domingo por la mañana para recuperarse de la resaca, pero ¿y el domingo por la tarde?

¿Para qué servía?

Viendo a mis amigos con novia, deducía que servían para sacar a pasear a la pareja, pero, ¿qué pasaba con los que no teníamos novia?

Así que tendía a deprimirme los domingos por la tarde.

Sin embargo, un día se me ocurrió algo, y fue ir al cine, y lo tomé como norma. Además, me propuse ir solo, porque estaba cansado de ir con otra gente, lo que provocaba que al final viera algo que no me gustaba.

Por lo que me propuse que cada domingo por la tarde iría al cine yo solo, con lo que combatiría la depresión y conseguiría ver la película que a mi me gustaba.

El caso práctico que te quiero contar tiene lugar, precisamente, durante un domingo por la tarde.

Corría el mes de febrero, y a eso de las cinco de la tarde me encontraba en mi casa revisando la cartelera del periódico en busca de una película apetecible.

Me llamó la atención una película francesa que tenía muy buenas críticas cuyo título era “Amelie”.

No solía arreglarme especialmente para mis domingos de cine, así que esa tarde no llevaba nada demasiado elegante.
Unos vaqueros y un jersey.

En la calle hacía frío, el día anterior había nevado y se notaba en el ambiente. Además, un viento helador hacía que la sensación térmica fuera aún peor.

Proyectaban la película en unos cines cercanos a mi casa. Estaban muy lejos de ser los multicines que nos invaden hoy en día.

Constaba de un par de salas, muy antiguas, en las que de vez en cuando se representaban obras de teatro.

Cuando llegué al lugar había una pequeña cola para las taquillas. En la otra sala proyectaban un taquillazo americano, no recuerdo el título, y la mayoría de la gente que guardaba cola iba a verla.

Tras comprar la entrada y retirarme de la taquilla, noté en la cola la presencia de una chica extremadamente atractiva, y que parecía que estaba sola.

Poseía una belleza puramente griega. Con rasgos muy marcados, y con dos preciosos ojos negros de una expresividad muy peligrosa. 

Enseguida deseché la idea de que estuviera sola y me dirigí hacia la sala.

Al rato, sin embargo, ella entró en la sala, y ¡sola!

Se sentó un par de filas detrás de mí, y en más de una ocasión tuve la tentación de acercarme junto a ella, con cualquier excusa barata.

Pero decidí que mejor sería disfrutar de la película.

Fue una película genial, una de las mejores que he visto en mis domingos de cine.

Al terminar, aguardé a que ella se encaminara hacia la salida, y me apresuré a seguirla.

Mientras bajábamos la escalera que nos llevaba hacia la salida, me emparejé junto a ella y comencé a hablarla con normalidad.

-   Gran película, ¿verdad?

-   Genial, una auténtica revelación.

-   ¡Y ella! ¡Qué actuación!

-   Ya te digo, si las cosas funcionaran como deben le darían un Oscar.

-   Totalmente de acuerdo.


Llegamos a la salida del cine, así que debía apresurarme antes de que ella tomara su camino y yo el mío.

-   ¡Oye! ¿Qué te parece si tomamos algo y hablamos de la película? Me gusta hablar de las películas que veo, y como he venido solo, ¿qué te parece?

-   No sé,…, es que no te conozco, y…

-   No te preocupes, prometo no violarte.

-   (Sonrisa) Bueno, si me lo prometes entonces sí.


¡Bingo!

Había estado hábil con la broma. Por suerte ella la había aceptado bien.

Fuimos a una cafetería enfrente del cine. Era un lugar muy acogedor, donde se pueden comer las mejores tartas de la ciudad.

Comenzamos a hablar de la película y de las maravillas que habíamos encontrado en ella, para seguir haciendo un repaso a la filmografía más reciente.

En general, nuestra conversación estaba siendo muy amena:

    

-   Así que Elsa, ¿eh?, ¿tiene algo que ver con “Casablanca”?

-   Pues la verdad es que nunca me lo he planteado.

-   Verás, es que el otro día leí en una revista que según una encuesta la gran mayoría de las Elsas de España tienen su origen en la “Ilsa” de
“Casablanca”.

-   Bueno, pero ya sabes que según otra encuesta el 90% de las encuestas son falsas.

-   (Sonrisa) Sí, algo había oído.

-   (Sonrisa) De todas formas, se lo plantearé a mis padres, porque, claro, si lo piensas, mi hermano se llama Ricardo.

-   ¡Eureka!

-   (Carcajada)  Pasaba el tiempo y nosotros seguíamos hablando, generando mayor confort a cada palabra que pronunciábamos. Al primer café, le siguió un segundo, y un segundo trozo de tarta.

    

-   Muy interesante eso de que pintes, ¿y de qué estilo estás más cerca?

-   Soy bastante ecléctica, pero si tuviera que definirme, supongo que diría que del impresionismo.

-   ¡Me gusta el impresionismo! Me tienes que dejar ver alguno de tus cuadros.

-   No sé, la verdad es que soy muy tímida para eso y no se los dejo ver a nadie.

-   Pero, ¿cómo va a apreciar la gente su valía?

-   ¿Y si son mediocres?

-   Algún día tendrás que enfrentarte con la realidad, o ¿quieres vivir en un sueño toda tu vida?

-   Los sueños son bonitos.

-   Sí, pero no reportan placeres reales.

-   Ni sufrimiento.

-   Cierto, pero es mejor un realidad cierta que un sueño falso, ¿o no?

-   Visto así…

-   Decidido, entonces. Mañana quedamos y me enseñas tus cuadros, ¿a qué hora te viene bien?


Directamente, sin más dilaciones, había sentado las bases para una segunda cita.

Había encontrado su punto débil y lo había utilizado para mi beneficio. Ella necesitaba alguien que viera sus cuadros y yo iba a ser ese alguien.

Al día siguiente quedamos y pude ver su trabajo. ¡Era realmente malo! Y aunque se lo suavicé un poco, sí que le dije que debería replantearse el estilo.

Ella se lo tomó muy bien, y apreció mi sinceridad. De allí nos fuimos a cenar, y al acabar la cena mi seducción finalizó con éxito.

Comenzamos una relación muy bonita que duró un par de años, y desde ese mismo día me gustan los domingos por la tarde.

1 comentario:

  1. hola hace tiempo lei el libro conversaciones seductivas , si lo tienes me lo podrias pasar a cambio de un aporte pequeño pero significativo gracias

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