CONVERSACIONES SEDUCTIVAS

Ayudar a su hijo a elegir una solución

Una vez que su hijo haya explorado las ramificaciones de varias elecciones, aliéntelo a seleccionar una o más opciones y problemas.



Aunque quiera alentar a sus hijos a pensar por sí mismos, este es también un buen momento para ofrecer sus opiniones y su orientación. No tenga miedo en este punto de contarle cómo manejó usted problemas similares cuando era joven. ¿Qué aprendió de su experiencia? ¿Qué errores cometió? ¿Qué decisiones lo enorgullecieron? Enseñar a su hijo sus valores mientras lo ayuda a resolver un problema difícil es mucho más efectivo que desplegar conceptos abstractos que no están relacionados con la vida cotidiana de su hijo.

Mientras quiere ayudar a sus hijos a tomar buenas decisiones, tenga en cuenta que los niños también aprenden de sus errores. Si su hijo parece inclinarse hacia una idea que usted sabe que es impracticable pero inocua, déjelo probarla de todos modos. Luego, si fracasa, aliéntelo a seguir con otra posibilidad.

Una vez que su hijo elige una solución, ayúdelo a preparar un plan concreto para proseguir con su objetivo. Supongamos que dos hermanos que han estado discutiendo sobre tareas de cocina conciben un plan para compartir los deberes. Aliéntelos a establecer reglas básicas específicas, asignando responsabilidades y poniéndose de acuerdo sobre los horarios. (Jason lava los platos de la cena, Joshua los del almuerzo. Luego, después de una semana, intercambian las tareas). También es una buena idea contar con un plan para evaluar cómo está funcionando la solución. Los dos pueden ponerse de acuerdo, por ejemplo, para poner a prueba una solución durante un mes, luego hablar de su funcionamiento y efectuar cambios en caso de ser necesario. En este sentido, los niños terminan comprendiendo que las soluciones pueden ser un proceso progresivo, abierto a perfeccionamientos.

Esto, sin embargo, no significa que la capacitación emocional garantiza un camino despejado de dificultades. Su familia está destinada a toparse por lo menos con unos pocos obstáculos. A veces usted puede querer estar en contacto con las emociones de su hijo, pero por cualquier motivo, no puede recibir una señal clara. En otras oportunidades también puede suceder que, por más que se esfuerce, no logre que su mensaje llegue al alcance de su hijo. Puede sentir que está perdido en su propio mundo y que lo mismo sería hablarle a la pared.

En esta sección, encontrará una lista de estrategias que pueden resultar útiles si se producen estas dificultades en el proceso de capa citación emocional. Se basan en lo que mis colegas y yo hemos aprendido a través de los grupos de padres, el trabajo clínico y los estudios de observación. También he incluido una descripción de situaciones familiares comunes en las que la capacitación emocional pocas veces resulta efectiva. En estas situaciones, suele ser mejor probar otras técnicas y postergar la capacitación emocional para otro momento. Y finalmente, al final de esta sección, encontrará un test que lo ayudará a evaluar y crear sus habilidades para la capacitación emocional.

Utilice el “respaldo” y el elogio para formar a su hijo

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