Definición: las declaraciones del tipo, «eres X», «has hecho X» o «esto tuyo es X», donde X tiene una connotación negativa o peyorativa y un juicio de valor adjunto negativo son declaraciones del tipo «eres malo, has hecho algo mal. Ese algo tuyo es malo». Las connotaciones peyorativas del lenguaje se utilizan para expresar un deseo o sentimiento en vez de hablar directamente de deseos y sentimientos.
Estos mensajes incluyen declaraciones similares que utilizan los tiempos pasados, presentes o futuros: «Tú serás malo» es una declaración del tipo «tú eres malo».
Ejemplos: «No te importa nadie más que tu persona.» (Para diferenciarlo de, «No me gusta que hagas viajes sin mí».)
«Eres una persona fría.» (Para diferenciarlo de, «Cuando entras en la habitación y no me diriges la palabra, me siento herida».)
«Te crees un hombre pero no lo eres.» (Eres malo.)
«Te comportaste como un imbécil en la fiesta.» (Hiciste algo mal.)
«No eres honrado.» (Eres malo.)
«Nunca vas a lograr nada.» (Eres, o serás malo.)
«Estás tan enamorado de ti mismo.» (Eres malo.)
«Tu discurso apestaba.» (Ese algo tuyo es malo.)
«Ese vestido tuyo parece un saco de harina.» (Ese algo tuyo es malo.)
Efectos: cuando alguien recibe alguno de estos mensajes, por ejemplo, «Te comportaste como un imbécil en la fiesta», se siente normalmente amenazado de algún modo; está escuchando una acusación que implica que su actuación ha sido «equivocada» o «ridícula» a ojos de un juez definitivo. Un modo de defenderse de tal amenaza es tratar de demostrar que «No, no soy malo. Es tu juicio el erróneo, el verdaderamente malo eres tú». Por tanto, puede responder, «No, no me comporté como un imbécil en la fiesta. Simplemente me lo pasé bien. Lo que pasa es que tú eres demasiado tímido para integrarte en el ambiente y te figuras que yo debería ser igual». De este modo se responde a la declaración del tipo «eres malo» con otra similar y el intercambio continúa dentro de la misma tónica. Ambos se están comportando como si fuesen el juez supremo que pudiera dictar una sentencia como, «¡He aquí mi decisión! Tú eres malo y tú eres bueno. Tú recibes un azote, y tú un helado». Pero no existe tal juez supremo, ni padre alguno a quien puedan acudir para que decida quién estaba en lo cierto y quién equivocado.
Por otro lado, si la declaración inicial hubiera sido, «Ya sabes, este en lo cierto o no, me avergüenza que grites y te pongas a bailar como un loco en las fiestas, como has hecho esta noche. Si lo hicieras con menos frecuencia, estaría dispuesto a hacer algo por ti a cambio, ¿qué te parece?», no se atacaría la moralidad, bondad o maldad de esta persona tan entusiasta de las fiestas. Su valor personal no es la cuestión sencillamente ha recibido una petición de que haga algo de un modo diferente, no porque lo que haya hecho sea malo sino porque ha originado sentimientos de desagrado en la persona que le está pidiendo que cambie.
Los terapeutas saben que la mayoría de los problemas de sus pacientes provienen de sentimientos de temor y de las defensas que oponen a los mismos; a menudo, estos sentimientos fueron suscitados durante la infancia. Luego, en la madurez, ciertas palabras o situaciones que provocaban miedo en la infancia aún lo hacen. Las declaraciones del tipo «eres malo y has hecho algo mal» tienden a reanimar los sentimientos de temor que uno tenía en la infancia cuando oía decir a sus padres, «Eres malo» y recibía un castigo o sentía temor. Eludir las declaraciones del tipo «eres malo, has hecho algo mal, ese algo tuyo es malo» permite dejar a un lado esos sentimientos de temor en la medida de lo posible. Las declaraciones de deseo, sentimiento y las negociaciones pueden expresar todo aquello expresable por las del tipo «eres malo, has hecho algo mal», y además conducen a la negociación, en vez de provocar el contraataque, y a la recompensa mutua en vez de al mutuo castigo.
5b. Declaraciones del tipo «deberías...»
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