CONVERSACIONES SEDUCTIVAS

Introspección estratégica

ELLA TENIA QUE DOMINAR LA SITUACION

El ritual es predecible. Exactamente a las tres y cuarto de la tarde, la puerta trasera se cierra de un golpe, los libros escolares caen sobre la mesa del vestíbulo. Desde allí, Blair se dirige a la cocina, come unas galletitas con un vaso de leche y se retira a su cuarto a leer y jugar con su gato hasta la hora de la cena. Hija única, la niña de once años es despierta, expresa claramente sus ideas y se siente mucho más cómoda conversando con los amigos de sus padres que interactuando con los chicos de su misma edad A causa de su aplomo con los adultos, éstos la describen invariablemente como una niña “notablemente madura para su edad”.

Cuando Blair juega con otros niños, por lo general elige compañeros menores a quienes puede “adoptar” o mandar. En estas raras ocasiones en que recibe a un amiguito en su casa, la visita no tarda en descubrir que Blair espera ser ella quien dirija la situación. Sólo está dispuesta a hacer lo que a ella le interesa e insiste en que todo se haga a su modo. Si la visita no acepta su planteamiento, la reacción típica de Blair consiste en retirarse a su cuarto y ponerse a leer. Muy rara vez sus amiguitos vuelven a visitarla una segunda vez.
Cuando sus padres le preguntan por qué pasa tanto tiempo sola, Blair les dice que los chicos de su edad son tontos y que prefiere leer o jugar con chicos menores porque son graciosos. Pese a su aparente indiferencia a su aislamiento social, los padres de Blair saben que se siente profundamente herida cuando no la invitan a salir o a ir a las fiestas de cumpleaños. Y comparten su pena.



No hay comentarios:

Publicar un comentario