Puede que no esté convencido de la
existencia de DIOS, o incluso, persuadido de que no existe. Pero para creer en
el poder de la oración basta un poco de experimentación optimista. El nombre
que dé a la Alta jerarquía a quien dirija sus rezos no importa, incluso si se
trata simplemente del Universo, el caso de que usted admita que el mundo se
mueve conforme a un proceso ordenado.
USE EL PODER DE LA ORACIÓN
El pastor episcopaliano Sam Shoemaker presentó en los años cincuenta un
plan conocido ahora como el Experimento de Pittsburg. Él y un grupo de hombres
de negocios se reunieron regularmente. Unos creían en Dios, otros eran
agnósticos, otros más sencillamente no creían.
Shoemaker les pidió uno por uno que se
prestara a un experimento consistente en abordar la cuestión de si Dios existe
y de si le preocupa el bienestar de los individuos. A lo largo de treinta días,
les sugirió, cada uno de ellos debía iniciar la jornada con esta oración:
“BUENOS DÍAS, DIOS; ¿QUÉ TIENES HOY PARA MÍ?
QUIERO TOMAR PARTE DE ELLO”
Shoemaker les pidió a todos que
sintonizaran con lo que sucediera. Que estuvieran abiertos a la posibilidad de
una evidencia de Dios en sus vidas. Aquellos hombres, del primero al último,
tuvieron cosas positivas que comunicar al término del “experimento”. Todos y
cada uno de ellos estaban seguros de haber visto pruebas de que Dios estaba muy
ligado a sus vidas.
Ensaye la oración del experimento, y tenga fe en que obtendrá respuesta.
Quizás podría llevar un diario de treinta días sobre la actividad de Dios en su
vida.
Navi y José María: incluí esta oración que en algún momento les comenté
que me llegó en un curso de marketing y suelo decirla cuando me despierto para
comenzar el día, quiero compartirla con Uds.
Espero que les guste.
Con cariño
YO
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