Los adultos que se han enfrentado a los desafíos de la vida saben muy bien que la autodisciplina es un requisito de la realización. Hay niños que parecen heredar una autodisciplina natural. A otros hay que ayudarlos a adquirir esta característica.
A una persona carente de autodisciplina, el control y la dedicación del individuo orientado hacia el logro de metas podrán parecerle extraordinarios. Sin embargo, se engaña. La gente dueña de autodisciplina conoce un secreto que ignoran los demás: la autodisciplina es fácil cuando uno hace lo que quiere hacer.
El corredor por vocación se levanta con gusto a las seis de la mañana para correr diez kilómetros diarios. El escritor inspirado trabaja hasta altas horas de la noche para corregir su trabajo. Para alguien a quien no le gusta correr o escribir, seguir tal régimen requeriría una disciplina agotadora. Para el corredor o el escritor amantes de lo suyo, ese régimen se convierte en una parte natural de la vida.
Al corredor le gratifica mantener su cuerpo en forma, y al escritor le gratifica la creación de su novela. Ambos se sentirían pésimamente si se les negara la oportunidad de hacer lo que les gusta hacer. Esto no significa, sin embargo, que tanto el corredor como el escritor no tengan que esforzarse cada día para cumplir consigo mismos y con las exigencias de la actividad elegida Lo que los distingue del resto es que cuando se topan con un obstáculo, insisten, en parte porque poseen autodisciplina pero sobre todo porque se han comprometido a alcanzar sus metas personales y disfrutar con lo que hacen.
El punto de partida de este proceso de orientar a su hijo hacia la adquisición de la autodisciplina consiste en ayudarlo a descubrir sus talentos e intereses. Los padres de una niña con aptitudes artísticas reconocen el valor de inscribir la en curso de arte, así como los padres de un niño con aptitudes deportivas reconocen el valor de enviarlo a tomar clases de equis deporte.
Aunque la autodisciplina puede ser selectiva y manifestarse sólo en un aspecto, por lo general se muestra también en otros aspectos de la vida del niño. La atleta que desea ganar una beca probablemente reconozca que también necesita obtener buenas notas en otras materias además de los deportes. Tal vez dedique la mayor parte de su tiempo a éstos, pero, si es astuta, dedicará tiempo suficiente a los de más temas de estudio, para aumentar sus probabilidades de obtener la beca ansiada.
Aunque desarrollar la autodisciplina es claramente beneficioso, hay en ella un peligro potencial, si se la lleva al ex tremo. Un niño altamente disciplinado y orientado hacia la fijación de metas puede dejarse absorber demasiado por el área de su interés y, por ello, no ser capaz de lograr un equilibrio emocional. Por ejemplo, un niño puede pasar horas practicando y jugando fútbol, y descuidar sus estudios y su vida social. Los padres de un niño semejante tienen justificados motivos de preocupación y deberían explorar esa preocupación con su hijo. El diálogo modelo y el Sistema DIIS pueden ser herramientas especialmente efectivas para realizar esta exploración. En el diálogo que se presenta a continuación, el padre ayuda a su hijo a examinar algunas actitudes y conductas que podrían crear serios problemas escolares.
Diálogo Modelo N° 9
Diálogo Modelo N° 9
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