Nos enseñaron a tener. No nos dijeron que somos todos
transeuntes, nómades, que nada tenemos, ni el vientre, ni el ladrillo ni el
hijo.
Nos
enseñaron la luz del cuarto día, la de la rotación de los astros y como se
enciende la luz electrica. No nos comentaron que la luz esencial es la que
primero se crea adentro y luego se enciende fuera de la marcha de los astros y
de lo que se tiene, y de lo que se deja de tener . No hay tener, lo ficticio es
tener. Y por lo tanto es ficticio perder.
No estamos para ganar, para tener y para
perder. Estamos para estar, para acontecer, para vibrar ante la maravilla de
las vidas que somos o que nos son, para el éxtasis, que estar fuera de si......
Huéspedes, pasajeros. Se nos da, no te alegres.
No es
tuyo. Te fue dado. Agradece., nada más. No festejes, no es tuyo. Se
nos quita, no te hundas en la desesperación. No es tuyo, es pasajero, todo lo
tuyo, pasajero, es pasajero. La auténtica alegría está en la comprensión
superior que no es intelectual si no que deriva del amor, de esa fuerza que
liga y se liga con el árbol de la vida en la totalidad de sus manifestacione.
Sólo la totalidad es real. El resto es sombra, ficción,
imagen, fantasía. Nada es bendito, sólo la totalidad. Dios ha dado ,Dios ha
quitado, bendito sea Dios......
Bendito, es decir, no entiendo. Me cansé de entender
Quiero la brisa de este
atardecer. No se repite. Es única. Es Dios”
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