CONVERSACIONES SEDUCTIVAS

APUNTES ENCUENTRO INTERNACIONAL RENACER Parte 3

Frente a esta manera de acceder a la verdad por experiencia, por trasformación interior, de manera impensada y arrojado a ella por una situación límite, se opone aquel sistema de pensamiento que sostiene que se puede acceder a la verdad mediante el conocimiento y sólo el conocimiento. A partir de ese momento, y sin que sea necesaria alteración alguna en su ser, el sujeto puede acceder a la verdad. 



Por supuesto con condiciones de dos órdenes, y ninguna espiritual. Por un lado las reglas que se deben respetar, condicionen de forma, de método, objetivas, etc; por otro lado condiciones culturales, es preciso haber estudiado, tener una formación, inscribirse dentro de  cierto consenso científico. Como pueden ver comienza a partir de esta concepción del acceso a la verdad el origen de estructuras de poder, puesto que para acceder a ella ahora se hace necesario el permiso de la autoridad correspondiente, en otras palabras, durante siglos para acceder al conocimiento, y con él a la verdad, fue necesario la presencia de un intermediario y así, en la figura del intermediario comienza a gestarse la dominación del sujeto en Occidente.


 Esta figura del intermediario todopoderoso continúa aun hoy con plena vigencia en la figura del analista  de la psiquis humana: para acceder a la verdad interior el paciente necesita de un intermediario que le guía, le indica, le autoriza y, eventualmente lo domina merced a la imposición de valores.

            Pero como todo crimen tiene su castigo, la condena para aquellos sistemas de pensamiento que sostuvieron que se puede acceder a la verdad mediante el conocimiento se plasmó en el hecho de que ya la verdad no fue capaz de salvar al sujeto, ya no trajo con ella la iluminación y la paz interior.

           Continúa Foucault diciendo que la noción de conversión, de espiritualidad se borra al estructurarse un movimiento. Bauman dice que la ética puede borrar la moralidad. Así vemos que se puede pasar de la pertenencia a RENACER por el acceso que permite a la espiritualidad, a la pertenencia por adhesión a la estructura, hecho que nos sitúa, nuevamente, en medio de la lucha entre las dos concepciones de acceso a la verdad.

Para que la ayuda mutua se cumpla son necesarias varias condiciones elementales:



Gratuidad, paridad, no imposición de valores.

1-Ningún consultorio es gratuito, ninguna consulta profesional es gratuita, aunque no haya una transacción monetaria, que de una u otras manera la hay; existe siempre una transacción temporal, el profesional ayudante siempre limita el tiempo que dispone para ayudar a un ser sufriente, de modo que la gratuidad puede verse también como la atemporalidad en la ayuda.

2-La paridad remite, una vez más a la ausencia de autoridades y el eterno tema de la filosofía, que es el de la verdad, la libertad y la relación entre ambas. Toda institucionalización genera poder, el poder genera control, el control genera sujeción, la sujeción implica dominación, éstas anulan la libertad de ambas partes. La relación entre el que tiene poder y el dominado no es una relación entre pares sino de condescendencia. Esto no es ayuda mutua. La ausencia de poder no es anarquía: la ausencia de poder es libertad. El poder siempre ata el poderoso al dependiente. La libertad es la esencia de la verdad, el acceso a la verdad nos hace libres y Frankl nos dice que el sufrimiento hace al hombre lúcido y al mundo transparente, en otras palabras, el sufrimiento inevitable puede ser, y para muchos de nosotros ha sido, la puerta de acceso a la verdad y con ella el ingreso a una libertad nunca antes experimentada como tal. Esto es, si se quiere, una definición de la espiritualidad, tan anhelada por tantos grupos que aun se denominan de autoayuda.


 Esta es otra de las razones por las que creemos que Renacer no debe transformarse en una estructura, pues ésta requiere cargos y los cargos generan poder y se comienza el ciclo que lleva  a la pérdida de la libertad. Durante el proceso de expansión de Renacer se dio con frecuencia el problema del personalismo, que muy disruptivo para algunos grupos. Si bien éste problema se presento entre padres más veteranos, los más afectados fueron precisamente aquellos a quienes Renacer más se debía: me refiero a los padres nuevos, quienes en vez de ver a Renacer como un santuario, como un oasis de paz y esperanza, lo vieron como otro lugar más donde se repetían las pequeñeces y egoísmos de un mundo al que por entonces trataban de evitar. Para combatir los personalismos en los grupos creamos el concepto de ver a Renacer de varias maneras, entre ellas la de verlo como un lugar donde íbamos para que nos pasaran un brazo alrededor de nuestro hombro y nos compadecieran, o de verlo como un lugar donde íbamos a dar algo de nosotros en homenaje a nuestros hijos, concepto éste ultimo que habíamos conversado con Elisabeth Lükas. 



Ésta ultima manera de ver a Renacer, además de responsabilizar a cada padre por la manera en que vive su propia vida, más allá de la muerte de un hijo, permitió a cada padre, madre, hermana, hermano, tíos, abuelos, hacer su propio homenaje, hacer su propio Renacer sin que mediara imposición alguna de aquellos que coordinaban, y en algunos casos habían terminado por adueñarse de los grupos. Sin embargo en algunos lugares esto no alcanzó, o no se le dio toda la importancia que tiene, y persistieron los personalismos, de aquí entonces esa frase tan fuerte y que a algunos padres puede parecerles inapropiada: “ Renacer es un grupo de pares en el que estamos por que hemos perdido hijos y no por capacidad nuestra, de manera que todo padre que quiera levantar su cabeza por encima de otro padre creyendo ser más que él, si mira hacia abajo verá que está parado sobre el cadáver de su hijo”. Afortunadamente la época de los personalismos en Renacer Argentina esta pasando, pero es muy probable que se produzca en aquellos lugares donde la tarea está en sus albores

3-Los grupos no pueden imponer valores a sus integrantes. En esencia lo que los grupos hacen es mostrarle a cada ser sufriente que no puede dejar de ser responsable por su vida y como la vive. La responsabilidad, además de ser un existencial humano, es un valor neutro. A partir del reconocimiento de la responsabilidad individual cada padre deberá elegir ante quién ES responsable, ante su Dios, ante la sociedad, ante él mismo, o ante quien ese padre finalmente lo desee. Esta postura nos llevo a conflictos importantes en 1995-96; uno fue con el sacerdote Mateo Bautista, quien en San Pedro, provincia de Buenos Aires, luego que diéramos una charla para el grupo
Renacer de dicha ciudad, nos dijo que nuestra tarea debería tener a Jesús como referente, como valor para todos los padres del grupo. Nosotros rechazamos esa pretensión puesto que Renacer es un grupo ecuménico y hacer eso sería una imposición de valores a los integrantes de los grupos. A partir de ese momento este sacerdote comenzó con una furiosa campaña de desprestigio, no sólo nuestro, es decir Alicia y yo, sino de todos los grupos.

El segundo conflicto importante se dio con Francisco Bretones de Mar del
Plata quien quería que la Logoterapia fuese el valor para todos los grupos e insistía con enseñar Logoterapia a los padres que asistían a Renacer Mar del
Plata. Nuestra respuesta fue tomada del mismo Viktor Frankl quien dice, claramente en sus libros, que la Logoterapia no es nada más que el lenguaje del hombre común y corriente, que se esfuerza en encontrar sentido a su vida, traducido al lenguaje científico de la medicina, por lo que frente a la postura de Bretones sostuvimos que como decía el mismo Frankl no éramos nosotros quienes debíamos enseñarle Logoterapia a esos padres sino ellos nos enseñaban a nosotros, en otras palabras, ellos, los padres, eran la autentica Logoterapia vivida. A partir de ese instante Bretones se transformó en un duro crítico de Renacer

DISTINTAS MANERAS DE VER A RENACER O LAS MÚLTIPLES MANERAS DE SER DEL GRUPO O LOS DISTINTOS NIVELES EN LOS QUE RENACER PUEDE FUNCIONAR


Pero aun nos quedaba una obligación más hacia los grupos, y esa consistía en ofrecer múltiples alternativas, múltiples maneras de ver una misma realidad para que todos los padres que se acercaran sintieran que podían pertenecer a
Renacer, en otras palabras que cada padre pudiera encontrar en Renacer aquello que para él o ella significara una fuente de alivio y esperanza, y así, en Río Cuarto, en 1998 llevamos a cabo las Terceras Jornadas de Capacitación bajo el título: “En Busca de Un Lenguaje Común”. Allí mostramos las múltiple maneras de ver a Renacer.

El sociólogo Bauman afirma que tomando a la cultura como un modo de ser del hombre orientado siempre hacia el futuro, y hablando con una visión crítica no se trata de que se pueda ser críticos teóricos sólo por el hecho de mantener opiniones claramente diferentes, sino que él cree que “una variedad sustantiva, que deje al descubierto la pluralidad de posibilidades todavía sin decidir, es una condición permanente y sine qua non de una sociología capaz de llevar a cabo su destino critico” Bauman, Zygmunt.


 La Ambivalencia de la Modernidad. Paidós, Barcelona, 2002:53. Esta afirmación de Bauman otorga no sólo validez sociológica a la exploración de las múltiples posibilidades ofrecidas por Renacer a los padres, sino que ofrece una nueva dimensión al estudio y comprensión del fenómeno de Renacer, la dimensión sociológica con sus consecuentes métodos de estudio, dimensión que trasciende al mero análisis psicológico y nos orienta, cada vez con más intensidad hacia un método fenomenológico. Estamos hablando, en otras palabras, de un método de estudio (la fenomenología) que explique explícitamente lo que el hombre en su manera de ser natural (de todos los días) conoce implícitamente o tácitamente.


            La cultura es a la vez la expresión de la conciencia de que existe una alternativa y un estímulo para que  hombres y mujeres piensen de manera diferente, siguiendo sendas no autorizadas, acerca del mundo en que viven, trabajan y mueren. Bauman, Zygmunt. La ambivalencia de la modernidad.



Paidós, Barcelona, 2002:23 Hemos dicho ya que Renacer es una verdadera revolución cultural, es un desafío abierto hacia el futuro que busca transformar un hecho a todas luces catastrófico como es la pérdida de uno o más hijos,  en algo tan radical, tan sustancialmente diferente como es el compromiso existencial de un ser humano con otro como él, germen de la ansiada paz entre los hombres de buena voluntad en el mundo.


            Así podemos ver que, confrontados al hombre sufriente, tanto la psicología como la psiquiatría empírica se preocupan por analizar las emociones de las que el hombre tiene experiencia y surge así esa tendencia a estudiar, elaborar y tratar de ocultar — analíticamente o farmacológicamente
— el miedo, la ira, la culpa, etc. Para amenguar estas emociones se da a la persona una manguera para golpear un colchón, una guía de teléfonos para romper, una habitación a prueba de ruidos para gritar o, en otros casos, se trata de «elaborarlas» psicoterapia mediante. Sin darse  cuenta ayudado y ayudador se sitúan en el plano psicológico del problema.



 El ayudador se preocupa por los «síntomas» o manifestaciones del dolor  que la otra persona experimenta —las emociones— y al hacerlo pierde de vista la manera en que el otro experimenta ese dolor, de tal manera resulta igual, para uno y otro, que se sufra con dignidad y entereza o se lo haga miserablemente. Con este abordaje es absolutamente imposible que el ayudador pueda orientar al ser sufriente a adoptar un valor de actitud, a considerar como prioridad lo que se puede hacer con  ese sufrimiento, y de esta manera queda cerrada la puerta hacia la dimensión espiritual del hombre.

En la nueva actitud asumida por Renacer podemos percibir ambos fenómenos: tanto el origen del sufrimiento como la experiencia del mismo, y las emociones por él desencadenadas se hacen visibles y, al percibir nuestras maneras humanas de sufrir, podemos orientarnos hacia nuevas actitudes respecto a ese sufrimiento, lo que a su vez facilita la tarea de trascenderlo. De esta manera hemos cambiado nuestra atención desde aquello que nos sucede hacia lo que podemos hacer con aquello que nos sucede.

El hombre es un ser-ahí, un ser en el mundo, un ser-con un mundo que existe previamente a nosotros, un mundo al que el hombre es capaz de dar múltiples significados, a diferencia de los animales que viven presos de un único mundo que les abren sus sentidos y así un árbol que se yergue en la pradera será para un ave siempre un lugar de paso entre los campos de trigo y la montaña, para el zorro será la guarida de la cual sale a cazar en la noche, para el vacuno la sombra que lo protege.


 Para el hombre en cambio, es el mismo árbol que puede ser modelo para un pintor caminante, coto de caza para un cazador, objeto de investigación para un botánico, de explotación para un agricultor, de sombra y descanso para un caminante, etc. Incluso cabe la posibilidad de que la misma persona se acerque al mismo árbol cada vez con un proyecto distinto, un día como cazador, otro como botánico, un tercero como pintor, etc.

Esto significa que el ser humano puede vivir simultánea y/o sucesivamente en distintos mundos, en otras palabras, que de un mismo hecho podemos tener múltiples experiencias y esto es lo que queremos compartir  con ustedes, puesto que representa no sólo la cronología del crecimiento de Renacer, sino las distintas maneras de ser de Renacer para cada uno de los padres que lo componen.

1-   Como generador de Emociones que nos apresan, nos controlan, nos
Dominan. Aquí el grupo se dedica a escuchar testimonios,    mayoritariamente dolorosos y en su mayor parte imposibles de trascender

2-    Como generador de Sentimientos disímiles, el grupo trabaja como en 1-

3-   Como generador de Crisis Existenciales. Aquí trabajamos con aquello que aun podemos hacer con lo que nos ha pasado

4-   Como generador de Pasiones que nos engrandecen o nos disminuyen, que son un resultado del Análisis Existencial propuesto anteriormente

5- Como generador de Homenajes de vida a esos mismos hijos

6- Como generador de Memoria Colectiva

7- Como generador de una nueva manera de ser, como un nuevo Ser. Como puerta   de acceso a la verdad, la libertad, la espiritualidad y, finalmente

8- En toda su capacidad para arrojarnos a un Sí a La Vida, a Pesar de Todo.

Estas distintas maneras de ser de Renacer para cada padre que se acerque al grupo implican, además de una libertad absoluta para ubicarse donde cada uno  quiera o pueda,   el libre crecimiento de cada padre sin que haya una determinada estructura que ponga los límites y lo restringa en su deseo de volar tan alto como su espíritu lo lleve, porque después de todo, como decía
Goethe “¿Cómo he de encontrar mi horizonte si no elevo mi mirada al cielo?”

(**) Esto ha sido el germen de las futuras disensiones. La dificultad para aceptar la libertad.



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