1º ¿ Cómo está mi
hijo frente a la muerte de su hermano?
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Tu
hijo tiene los mismos sentimientos y síntomas de tristeza que tú, que eres su
padre o su madre.
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Al
igual que ocurre contigo, tu hijo se mostrará confundido y a la defensiva con
relación a la muerte.
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Un
hijo reacciona frente a la pérdida de su hermano y también frente al cambio que
advierte en la conducta de sus padres y otras personas.
2º¿ Qué es
importante que le haga saber?
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Es
importante que le hagas saber que la tristeza que sienten los padres no
disminuye el amor que éstos tienen por él, que no ha muerto.
3º ¿ Qué puede comprender mi hijo?
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Ello
depende de la edad que tenga y tú debes ser consciente de cuál es su nivel de
compresión:
a)
Un
niño de 2 años tiene la comprensión del
“aquí “ y del “no aquí”.
b)
Un
niño de 3 a 5 años entiende a la muerte como pasajera.
c)
Entre
los 6 y 10 años, el niño se da cuenta de la realidad de la muerte y se interesa
por los aspectos biológicos de la muerte.
d)
A
partir de los 11 años el niño concibe a la muerte en forma similar al adulto,
es decir con todos sus alcances.
4º¿ Qué debo explicar?
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Resulta
conveniente explicar a los hijos, al nivel que ellos puedan entender, la causa
de la muerte de su hermano.
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Resulta
conveniente contestar todas las preguntas que formulen, con sencillez y sin
rodeos. Hasta un niño de 2 años puede comprender ” que el cuerpo no funcionaba
más...”. Cuanto más comprenda, menos temor sentirá.
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No
es recomendable mezclar temas religiosos con temas médicos, porque ello genera
confusión y perturba la compresión. Debes explicar con naturalidad y exactitud
lo que realmente sucedió.
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No
es exacto que tu hijo haya muerto porque Dios lo requería en el cielo. Tampoco
es cierto que él haya ido al cielo. Lo que ha ido al cielo es su alma, pero no
su cuerpo.
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En
realidad él murió porque su cuerpo no funcionaba más; y ese cuerpo está
enterrado, o guardado en una bóveda, o fue cremado.
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Sí
puedes explicar y creer que era “especial” y que esas cosas y cualidades “especiales”
que tenía, o que lo hacían “especial” para ti, están también con Dios o
vinieron de Dios.
5º¿ Cómo puedo apoyar el duelo que viven mis hijos?
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Recuerda
que tus otros hijos, que no murieron, tuvieron con tu hijo muerto una relación
estrecha, aunque esa relación pudo no haber sido amorosa.
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Recuerda
que el duelo y la tristeza exageran los sentimientos positivos y negativos
entre los hermanos. Es deseable que puedan discutirse abiertamente estos
sentimientos. No te asustes ni sufras. Tómalos como algo natural.
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Recuerda
que a menudo (muy a menudo) tus otros hijos pueden sentirse culpables o
sentirse “responsables” por la muerte del hermano. No te alarmes. Explícales
serenamente que las peleas y los sentimientos negativos son comunes y naturales
entre hermanos, y que no causan la muerte ni influyen sobre ella.
6º Mis hijos, mis emociones y
mis actitudes.
a) Afuera con los miedos.
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No
tengas miedo de mostrarte emocionado delante de tus hijos. Un silencio
“cargado” es mucho más difícil de comprender, para tus hijos, que un llanto
abierto y sincero.
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Tu
ejemplo es fundamental para ellos. Al enfrentar tu propia pena demostrarás con
dicho ejemplo que está bien llorar, sentirse triste, enojarse, reírse, usar las
cosas del hermano muerto o, simplemente, olvidar a veces.
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No
aísles a tus hijos física ni emocionalmente. Lejos de protegerlos, los
perjudicas.
b) Respeta el silencio.
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El
silencio de tus hijos no significa que no tienen sentimientos o preguntas. Sólo
significa que no ha llegado aún el momento propicio para demostrar esos
sentimientos o plantear las preguntas.
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Habla
abiertamente con ellos, o lean juntos un libro.
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Escucha
con atención todo lo que digan. También lo que no digan. A veces es más fácil
hablar con alguien de afuera, y quizás lo hacen. Respétalos; ellos también
transitan su propio duelo.
c) Notarás contradicciones y regresiones.
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A
menudo es más fácil para los hijos hacer el duelo a la distancia. Pero quizás
demostrarán mucha identificación con los personajes de un libro o asumirán
actitudes de llanto, capricho, o batallarán sin razón por un juguete roto o
perdido, por un permiso denegado o por no haber sido complacidos frente a una
exigencia.
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Los
hijos, al igual que los padres, pueden tener regresiones emocionales como: ser
más dependientes, enojarse frecuentemente, perder habilidad manual, presentar
dificultades en el aprendizaje, alterar su conducta o volverse agresivos.
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Sé
paciente y cariñoso. No recurras sistemáticamente a las penitencias o
reprimendas. A veces los hijos necesitan más juegos amorosos y palabras de
apoyo y cariño.
7º¿Me molestarán
ciertas actitudes?.
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Los
hijos más pequeños, generalmente al principio, hacen chistes o continúan con
sus juegos como distracción. No te inquietes, es algo sumamente normal.
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Otras
veces los hijos imitan los modos y costumbres del hermano muerto o usan su
ropa. Tampoco te inquietes, es una forma típica de enfrentarse con la muerte.
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Comparte
con tus hijos las cosas de su hermano muerto. Cada uno de ellos querrá, a lo
mejor, algo por el momento, o alguna cosa que puedan conservar hasta que sean
grandes (un libro, un juguete, fotos, ropa, un recuerdo, etc.)
8º Déjalos
participar.
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Permíteles
a tus hijos demostrar su tristeza en forma positiva: dibujando, escribiendo
cartas, poesías o cuentos, comenzando un diario, practicando un hobby o
deporte, volcándose a la naturaleza o a la espiritualidad. Aliéntalos a ello.
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Permite
que tus hijos participen (si lo desean) en los rituales familiares, que visiten
el cementerio eligiendo ellos el momento, que en recuerdo del hermano encaren
obras de bien o que se propongan metas y esfuerzos.
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Acepta
y comparte las ideas de tus hijos para demostrar su amor y su pena en
aniversarios o días especiales.
9º Ten cuidado.
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Existe
una natural tendencia a idealizar al hijo muerto, pero debes tener especial
cuidado de no hacer comparaciones que puedan derivar en sentimientos de
minusvalía para tus otros hijos.
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Guarda
un equilibrio. No seas demasiado sobreprotector ni demasiado permisivo. Aún en
tu dolor, y en el de ellos, sigues siendo padre.
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Tus
hijos necesitarán información sobre la muerte del hermano en cada etapa de su
vida y a lo largo de su crecimiento. Contesta sus preguntas y respeta su
privacidad.
10º Ama más.
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La
pérdida de un hijo debería hacernos valorar en su verdadera dimensión la bendición
de tener los hijos que permanecen vivos. Ámalos intensamente. Eso no disminuirá
tu amor por tu hijo muerto.
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