El duelo es la
reacción normal después de la muerte de un ser querido.
Supone un proceso
más o menos largo y doloroso de adaptación a la nueva situación.
Elaborar el duelo
significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida, valorar su
importancia y soportar el sufrimiento y la frustración que comporta.
La intensidad y
duración del duelo depende de muchos factores: tipo de muerte (esperada o
repentina, apacible o violenta..), de la intensidad de la unión con el
fallecido, de las características de la relación con la persona perdida
(dependencia, conflictos, ambivalencia...), de la edad...
La duración del
duelo por la muerte de una persona muy querida puede durar entre 1 y 3 años.
Duelo resuelto.
Podemos decir que hemos completado un duelo cuando somos capaces de recordar al
fallecido sin sentir dolor, cuando hemos aprendido a vivir sin él o ella,
cuando hemos dejado de vivir en el pasado y podemos invertir de nuevo toda
nuestra energía en la vida y en los vivos.
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