CONVERSACIONES SEDUCTIVAS

CAUSA Y EFECTO

Diálogo Modelo N° 1

Para niños entre 7 y 12 años

Padre: Acabas de recibir una bicicleta nueva para Navidad. Es la que habías pedido, y sé que te das cuenta de que era cara. Contéstame una pregunta. Si quisieras encontrarte con tu amigo Sean en la pizzería Tony’s para ir a los videojuegos, ¿estacionarías la bicicleta nueva frente al negocio sin asegurarla con un candado?

Hijo: No.
Padre: ¿Podrías decirme por qué?
Hijo: Porque podrían robármela.
Padre: Muy bien. Como tu bicicleta es importante para ti, querrías asegurarla con un candado
Hijo: ¡Sí!
Padre: Supongamos que aseguras la bicicleta pasándole una cadena por el neumático y enroscándola en la armazón. Después entras a jugar con los videos. Treinta minutos más tarde sales y descubres que la bicicleta ha desaparecido. ¿Qué harías?
Hijo: Iría a buscarla.
Padre: Sí, tiene sentido. Correcto. Das vueltas por el vecindario en busca de tu bicicleta, pero no logras encontrarla. ¿Qué haces entonces?
Llamaría a mamá. Muy bien. ¿Y qué haría ella?
Vendría con el auto y me ayudaría a buscar la bicicleta.
¿Ella haría alguna otra cosa?
Llamaría a la policía.
Muy bien. Sin embargo, la bicicleta fue robada y nadie puede encontrarla. ¿Por qué piensas que la robaron?
Hijo: Porque no la até a algo.
Padre: ¿Como un poste, por ejemplo?
Hijo: Sí.
Padre: Por desgracia, la bici desapareció y es probable que no la encuentren. ¿Qué ocurre después?
Hijo: ¿Qué quieres decir?
Padre: ¿Quieres otra bicicleta?
Hijo: Sí.
Padre: ¿Piensas que yo te compraría otra?
Hijo: No.
Padre: Dime por qué yo no te compraría otra.
Hijo: Estarías muy enojado conmigo.
Padre: ¿Y?
Hijo: Porque yo fui un tonto por no haberla amarrado a un poste o algo parecido.
Padre: Digamos que hago un trato contigo. Te ofrezco pagar la mitad del precio de una bicicleta nueva si tú te ganas la otra mitad trabajando. ¿Aceptarías?
Hijo: Sí.
Padre: ¿Cómo ganarías ese dinero?
Hijo: Podría cortar césped en las casas, O repartir diarias.
Padre: Tendrías que trabajar mucho para ganarte el dinero. Tendrías que levantarte a las cinco y media de la mañana. En el invierno estaría frío y oscuro y deberías ser el primero de la casa en levantarse ¿Valdría la pena, si con eso obtuvieras otra bicicleta?
Hijo: Sí.
Padre: Digamos que ya tienes tu bicicleta nueva y que Sean quiere encontrarse otra vez contigo para ir a los videojuegos. ¿Qué harías?
Hijo: Iría caminando.
Padre: ¿O?
Hijo: Le pediría a mamá que me llevara en el auto.
Padre: ¿O?
Hijo: Podría ir en mi bici y cuando llegue allá atarla a algo.
Padre: Supongamos que llegas allá, la dejas frente al negocio y no la amarras a nada. ¿Sería una actitud lista o tonta?
Hijo: ¡Tonta!
Padre: Y si llegaras y sí la amarraras a algo, ¿serías listo o tonto?
Hijo: ¡Listo!
Padre: Bien. Has comprendido. Sé que eres un chico listo y espero que actúes como tal. ¿De acuerdo?
Hijo: De acuerdo.
Padre: Gracias por conversar esto conmigo. Ahora puedes ir a jugar.

Se habrá observado que en el diálogo precedente el padre no sermonea al hijo acerca de la importancia de asegurar la bicicleta amarrándola a algo. El objetivo de la sesión es ayudar al niño a desarrollar una conciencia más elevada de la causa y el efecto antes de que le roben la bicicleta. Si al chico ya le hubieran robado la bicicleta, el diálogo podría haber funcionado también como un medio no-punitivo para examinar puntos importantes relacionados con la responsabilidad.

La intención del diálogo es mostrar un método que aliente a los niños a pensar estratégicamente. Cuando pruebe usar éste y otros diálogos modelos de este libro, sin duda descubrirá que las respuestas de su hijo son diferentes de las respuestas hipotéticas de los diálogos. Por esta razón, debe usted estar preparado para adaptar su lenguaje y adecuar sus reacciones según el caso. Idealmente, la conversación evolucionará y llegará a un punto culminante. Las palabras exactas que emplee no revestirán gran importancia. Lo importante es que usted no caiga en la trampa de dar conferencias o sermones acerca del valor de pensar analíticamente. De vez en cuando acuérdese de que sus objetivos básicos son ayudar a su hijo a desarrollar la habilidad para:

1. Pensar en las consecuencias de sus acciones.
2. Analizar los sucesos.
3. Extraer conclusiones lógicas.
4. Aplicar su inteligencia al proceso de encontrar soluciones a los problemas.

Cuando ayude a su hijo a adquirir estas habilidades y hábitos, estará ayudándolo también a establecer una base sólida para ser un ganador.


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