El "impasse"
como la puerta de entrada a la integración
La experiencia
dolorosa del desgarramiento es todavía más dolorosa si vivimos nuestras
"resistencias" o los "personajes" que nos habitan como
"enemigos animados por el demonio". Por difícil que sea aceptarlo,
esas fuerzas que se oponen ahora a nuestros deseos conscientes, son, como dice
Polster, recursos que la persona creó para sobrevivir, para manejar ese mundo
difícil, sobre todo en la infancia, pero que ya no funcionan para satisfacer
las necesidades adultas.
El trabajo a
realizar no es de eliminación sino de integración, y ésta es algo así como la
búsqueda de un equilibrio de fuerzas entre lo conocido y lo desconocido. Creo
que esa integración es un trabajo difícil que requiere de buena fe y valor, y una
de cuyas "puerta de entrada" posibles es la llamada experiencia del
"impasse".
Pero ¿qué es el
impasse? En algún momento del proceso de la terapia la persona se da cuenta de
que para avanzar tiene que arriesgarse a dejar la seguridad de sus pautas habituales
de sobrevivencia, para encontrar sus nuevos recursos. Dejar la seguridad de lo
conocido por lo desconocido; "lanzarse al vacío", para encontrar algo
que aún no se ve, es muy angustiante, porque sentimos que "vamos a caer en
la nada".
Esta es la experiencia
del impasse. Es la del trapecista (que está al principio del trabajo). Tener la
posibilidad y el valor para vivirla, es una labor heroica.
Quiero describir
cómo conciben el impasse algunos pensadores importantes para mí.
Perls. El
"impasse": punto crucial del crecimiento
Perls era un tipo
rudo que trataba rudamente a sus pacientes; le molestaba mucho la manipulación
y confrontaba fuertemente para situar al cliente frente a su verdad cruda.
"Muy pocas personas entran en la terapia para ser curadas; lo hacen más
bien para cultivar su neurosis" decía (Perls, 1990, pág.
50). Tal vez por eso la experiencia del impasse fue tan importante para él,
porque a través de ella, la persona se veía forzada a hacerse cargo de sí misma
con sus propios recursos.
Por favor, tomen
nota de la palabra -decía Perls- el impasse es el punto crucial de la terapia,
el punto crucial del crecimiento -y agregaba- ... es la situación en que el
apoyo ambiental o el soporte interno obsoleto ya no llega más y el auto-soporte
auténtico no se ha logrado aún (y desde ahí forzosamente la persona) moviliza
.. su potencial, (sus) recursos internos..... (por ello el impasse) es la
transformación desde el apoyo ambiental al auto-soporte (pues) el objetivo de
la terapia es lograr que el paciente no 'dependa' de otros, sino que
descubra...que puede hacer muchas cosas, muchísimas más que las que él mismo se
imaginaba. (Ibid. pág. 41)
Para lograr esto
-que es uno de los propósitos básicos de la psicoterapia gestalt- la persona
tiene que abandonar los anclajes viejos que le dan simultáneamente seguridad e
infelicidad y lanzarse al vacío en busca de nuevos anclajes enraizados en sus
propias fuerzas.
Otra forma de
entenderlo es que -como también dice Perls- el impasse es el momento en donde
la persona decide utilizar su energía para crecer, en vez de emplearla en
tratar de manipular, de controlar el mundo. Esto se logra a través de la
frustración, de quitar los apoyos falsos u obsoletos y someter a la persona al
" vacío fértil" desde el cual moviliza todo de lo que es capaz para
sobrevivir, pero ahora, apoyado en él mismo. Me hace mucho sentido lo que dice
Perls de que utilizamos la angustia para evitar entrar en el impasse:
Una persona
únicamente 'cree' que no tiene recursos a su disposición. Evita usar sus
propios recursos fabricando una serie de expectaciones catastróficas. (Mediante
estas fantasías) nos impedimos de vivir, de ser, (de) correr los riesgos
razonables que son parte del crecer y vivir" (Ibid., pág. 50)
Frankl. La
oposición del espíritu frente a la posición de los "destinos"
Victor Frankl, el
creador de la logoterapia es, a mi juicio, uno de los mayores impulsores del
esfuerzo y del ejercicio de la voluntad; es el abogado de la dignidad y de la
honestidad, por encima de cualquier circunstancia. Nos dice ... incluso cuando
la vida queda reducida a la mínima expresión y todo parece carente de
significado, permanece aún la libertad fundamental... de escoger la propia
actitud frente al destino. Esta elección quizá no cambie el destino, pero
ciertamente cambia a la persona. . (Frankl, 1987, pág. 134, 146)
Frankl dignifica
el esfuerzo al margen de los resultados que obtenga la persona, pues sabe que
éstos muchas veces no dependen de ella, en cambio el esfuerzo sí. Para Frankl,
esta capacidad de elegir la propia actitud frente a cualquier circunstancia, se
genera en el espíritu. El espíritu tiene la capacidad de "o-ponerse"
a lo que él llama "la posición de los destinos": el biológico, el
psicológico y el social, que conforman la realidad ineludible de cada persona;
y, aunque muchas veces no la pueda cambiar, sí transforma la calidad de la
persona. Creo que llegar al punto donde puedo elegir desde mi espíritu, aunque
esto me signifique fuertes riesgos, es otra forma de vivir el impasse.
Jung. La función
trascendente o la tensión de los opuestos
La "función
trascendente" se crea cuando, como producto de un proceso personal, lo que
quiere una parte mía (el cambio) tiene la misma fuerza que la parte que se le
opone (el no cambio); y llegado ese momento, si soy capaz de mantener "la
tensión entre los opuestos", de no inclinar la balanza para ninguna de las
dos posiciones, algo "milagroso" -totalmente irracional- sucede, que
resuelve el conflicto a favor del crecimiento de la persona.
Jung lo dice así:
Cuando hay una
completa paridad entre los opuestos, confirmada por la absoluta participación
del ego en ambos, (se produce) una suspensión de la voluntad, pues ésta ya no
puede funcionar (porque) cada motivación tiene una contramotivación igualmente
fuerte. Puesto que la vida no puede tolerar una detención... la tensión entre
los opuestos (crea) una nueva función unificadora que los trasciende. (Jung, citado
por Sharp, 1992).
A esto le llama
Jung "la función trascendente" porque "trasciende" a las
tendencias de "la conciencia y del inconsciente" que son las partes
en conflicto. Sharp agrega a esta reflexión: "este proceso requiere de un
ego que pueda mantener su punto de vista frente a la contraposición del inconsciente.
(...) La confrontación entre ellos genera una tensión cargada de energía (que)
crea una tercera esencia viva" (pág. 85) y agrega "Este
"tercero", la función trascendente ... siempre representa la
intervención creativa y guía del Sí Mismo, el arquetipo de la totalidad, el cual
en el modelo junguiano de siquis, funciona como el centro regulador de la
personalidad. El cambio es posible, requiere de tiempo y esfuerzo, y también de
sacrificios, pero ocurre" (Sharp, 1992, pág.122)
Kierkegaard. La
angustia como la gran maestra del crecimiento
Para Kierkegaard,
la posibilidad de lograr la libertad se da a través de la ampliación de la
consciencia de uno mismo y de la capacidad de responder como persona a las
exigencias de la vida. Esto sólo es posible si la persona logra aventurarse en
nuevas áreas de acción. Por ello dice que "la libertad implica siempre una
ansiedad potencial " -y califica a la ansiedad como "el vértigo de la
libertad" porque existe siempre en cualquier intento de crecimiento
personal. Cabe aclarar que para Kierkegaard esta es una ansiedad
"normal" que se opone a la "angustia neurótica", que surge
cuando la persona ha sido incapaz de hacerle frente a la primera como parte
natural de su crecimiento, y se queda "encerrada"
en la neurosis.
"Nada se
puede lograr a menos que el individuo tenga el coraje de hacer frente y
atravesar las experiencias amenazantes del aislamiento y la ansiedad
(inevitables para cumplir) las posibilidades ...de la personalidad"
(Kierkegaard, citado por May, 1990, pág. 70)
Por ello para Kierkegaard
la angustia es "la verdadera maestra" del crecimiento, más que la
realidad, pues mientras a ésta se la puede evitar temporalmente, la otra es
omnipresente.
Pearson. La
travesía del héroe
"Todo aquél
que emprende la travesía ya es un héroe" dice Carol Pearson. Creo que
cualquier persona que se embarca en un proceso de cambio personal está en el
camino del héroe.
"La travesía
del héroe -dice Pearson-... es, en primer lugar un viaje para encontrar el
tesoro de nuestro verdadero Self o Sí Mismo, y luego retornar a casa a entregar
nuestro don para.. transformar el reino y, nuestra propia vida. La misión está
llena de peligros y obstáculos, pero ofrece grandes recompensas..."
(Pearson, 1992, pág. 15)
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