La
tristeza que nos invade cuando enfrentamos la pérdida de un ser querido,
es tal que generalmente optamos por un código de silencio; en lugar
de ello, sería preferible intentar canalizar nuestros sentimientos de una forma
positiva, lo cual generalmente no es fácil.
He aquí algunas sugerencias que pueden ayudarle en el proceso de
recuperación.
Evite
el silencio. No se encierre en su
dolor. Hay muchas personas
ansiosas de compartir con usted y apoyarle, pero para eso
requieren
que usted exprese sus sentimientos.
Cualquier sentimiento que usted experimente es válido, y por lo tanto,
siéntase en libertad de expresarlo.
No
se encierre en sí mismo. El sufrir
callado no le beneficiará en
nada. Acuda a sus familiares, amigos y
seres queridos; rodeado de apoyo
y cariño se sentirá más fuerte.
Permítase
algún tiempo solo con usted mismo. Mucha
gente querrá acompañarle
y a veces, involuntariamente, podrán abrumarlo con tanta
atención. Recuerde que hay una diferencia entre sumirse
en la soledad y tener un tiempo de privacidad.
Ayude
a otros. Cuando se sienta lo bastante
fuerte como para compartir
su pena con otros, usted podrá convertirse en un apoyo para personas
que atraviesan una situación similar. Una manera hermosa de hacerlo es organizar
o participar en grupos de apoyo.
Busque
ayuda especializada. Es muy probable que
usted sienta que solo
no puede salir adelante o que su proceso de recuperación no avanza a un ritmo
deseable. Recuerde que hay personas con
formación especializada que están dispuestas a ayudarle. Consejeros, psicólogos, orientadores,
sacerdotes, psiquiatras. Organizaciones como la Fundación Piero Rafael Martínez
(1) se dedican exclusivamente a apoyar a las personas a superar los procesos de
duelo.
No
subestime el dolor de los menores. Los
niños y adolescentes generalmente
tienen formas distintas para expresar su dolor.
Además, si tiene niños o jóvenes a su alrededor, al verlo sufrir a
usted, ellos se permitirán expresar sus sentimientos. Hable con ellos, dígales que está triste y
déjese querer.
La
vida continúa. Siéntase feliz por la
oportunidad de seguir viviendo. Por difícil e injusto que parezca trate de
recordar que la muerte
es un hecho inevitable que a todos nos afectará. No sabemos en qué momento nos encontrará, de
manera que oblíguese a hacer de cada día, para usted y para los que rodean, una
experiencia valiosa.
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