Dos voces enamoradas, que a cada momento se unen para entonar la misma melodía…
Dos palabras individuales, que al romper el egoísmo de cada una, pasan a formar “nosotros”…
Dos blancas palomas, que al volar el mismo ritmo se esfuerzan por alcanzar la felicidad eterna…
Dos gotas de rocío, que se buscan y unen en el terciopelo de una rosa…
Dos velas encendidas, que al juntar sus llamas forman el suave calor de la eternidad…
Dos sonrisas sinceras, que al unirse en la dulzura de un beso hacen de la tierra otro cielo…
Y dos manos entrelazadas para elevar una oración de gratitud…
Esos son los auténticos novios, quienes buscan con su amor, agradar a Dios.
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